martes, 30 de diciembre de 2014

No pude mirarte a los ojos.


Un matrimonio joven está por construir la casa de sus sueños celebrando el cumpleaños de su hija. Una nena de 5 años.

Era su aniversario y ambos se tenían sorpresas... estaban ansiosos. Vanessa estaba oyendo en la radio la versión de Creep de Jen Knight mientras llevaba los materiales en el trailer adicional de la camioneta; al tiempo que su esposo zigzagueaba por la carretera y le cantaba a su pequeña hija Creep de Radiohead. Con una voz parecida a la de Shay Liff.

Ambas situaciones parecen sincronizarse en “i wish i was special  you're so fuckin' special” Thomas se detiene a comprarle un helado a su hija, y en el momento que suena “she’s running out again she’s running out… ” Un auto frente a Vanessa se colea haciendo que ella se desvíe e infortunadamente queda entre dos camiones, saliendo bruscamente por la ventana y dejando su cuerpo expuesto. Lo único que mantiene el pesado trailer fuera de su alcance son los camiones y… cuando estos avanzan pasa lo que era de esperarse a pesar de que ella ya estaba inconsciente.

Cuando Thomas y su hija llegan a la casa, lo primero que dicen los obreros de manera insensible es – ¿tenía seguro? Si es así, puede cobrarlo.  – ¿a qué se refiere? Responde desconcertado. –El mayor de los obreros responde –oh, entonces aún no sabe… pues su esposa, según nos contaron falleció en un trágico accidente. –No es posible. Dice entrecortado, entre lágrimas y el regalo de aniversario en manos.

Sin nada más que decir, va con pasos largos a la casa de su tío – ¿supiste lo de Vanessa? –si hijo, me entere hace unos minutos.

Unas horas más tarde, preparan el funeral.

Y para abrir el espacio de las palabras de condolencias, la familia de Vanessa contrata a Louis Vlahakis que por coincidencia canta Creep. Thomas en silencio dice – ¿por qué esa canción? ¡justo esa canción! Debí haber sido yo y no ella. Solloza Chloe, su hija le toma la mano y dice –Mami me dijo que eres el hombre del que ella se enamoró y que siempre va a estar acompañándonos... no estés triste Papi. – ¿cuándo te dijo eso mi cielo? –justo ahora, cuando entramos por la puerta, me lo dijo al oído. Él deja su escepticismo a un lado, dando las gracias imaginando que Vanessa oye; y abrazando a su hija, que le seca las lágrimas.

Al salir de ahí Chloe besa su mano, de la misma manera que su esposa lo hacía. Fue ahí cuando se decidió a ser todo para su hija y no dejarla sola. 

Esa misma noche Thomas y Chloe le escribieron una carta a Vanesa y la quemaron, mientras las cenizas se las llevaba la brisa nocturna.



viernes, 26 de diciembre de 2014

1, 2, 3, bebe.


Una canción puede ayudarte incluso más que un consejo. En ocasiones, hay canciones que te consuelan y te hacen reflexionar acerca de cómo vives. Te serenan…

Justo ahora recordaba que me había olvidado de llamar a alguien importante –de repente me mareo– ¿Qué hago? Fue lo primero que me pregunte, pero ya era tarde. El daño estaba hecho, intenté arreglarlo pero todo lo que iba a hacer era empeorarlo.

Si que me arrepentía de mi error.

Canción tras otra como tragos de tequila bajaban por mi garganta, sentía el estómago revuelto y ansiedad –quizá nervios– sabia que esa llamada era mas que importante y sé  que mañana algo cambiará  –espero que no– es inevitable.

Empece por Get with me de Fit for rivals y luego atravesé por Coming down de FFDP, Built to fall de Trivium, Remembered de BBOSS y finamente me detuve en un playlist de Kodaline. Ya estaba en "mi lugar feliz" sin alcohol y sin hacer cosas que después no recordaría.
Amaba aquel lugar en el que me encontraba, mi zona de confort de hecho. Casi me había hecho olvidar lo que había ocasionado el trago amargo. 

Pensé–el poder de la música varia su intensidad según la persona solo oye o mejor escucha.

Me senté en el sofá más calmada a revisar los papeles del trabajo, –escuchando One day (Kodaline) – el portafolio estaba lleno de lágrimas de hace un par de horas, la tinta corrida ya estaba seca, releí y deseché el borrador arruinado.

Yo solo pensaba en que la imaginación es un arma poderosa, –la música hace efecto en mi me había llevado a creer en cosas que alguien había hecho o no, quizá cosas que hará y, ciertamente no quiero poner a esa persona como “el malo de la historia”, admito que yo también lo he sido alguna vez. Dejo mi sobriedad en manos de la música– tomo mi celular y escribo un texto: “hubiese sido mejor que me dijeras lo que no sentías por mí de una vez y evitar esta situación de te amo y luego te odio”. –auch– No me arrepiento de lo que he hecho, pero he descubierto que mi dulce placer es un arma de doble filo. Ahora corría peligro lo único que podía considerar como una relación seria, aunque tal vez, solo tal vez... así debía ser.

Todas las luces de la noche parecen ponerse en armonía al minuto 3:50 de Chandelier. Hecho un vistazo por el balcón y antes de caer en cuenta, mis ojos se cierran. 2:50 am.

jueves, 25 de diciembre de 2014

El camino es largo


Oigo Illusion de Isbells.

Susurros que ruegan por una conversación digna de llamarse así… una realidad inexistente se materializa en mi mente.

“Cuando no decides, el destino decide por ti”. Le dijeron en un momento oportuno. Ella pensaba que la gente realmente había cambiado, pero recaían en sus viejas costumbres. Eran siempre las mismas respuestas para las mismas preguntas.
¿Aburrido?
Era aburrido sentirse ajeno en su propia casa, hacer las mismas cosas, oír los mismos disgustos. Ella es de esas personas que ha aprendido a decir –he pasado tanta pena que ya pocas cosas son las que me hacen sentir avergonzada. A veces no me importa lo qué digan los demás porque hasta ellos saben que se equivocan.

Ella ama y quiere ser amada. Pero la realidad es que el mundo se ha desacostumbrado a ella, las cosas han cambiado tan rápido como olvidas el nombre de una canción que oíste en la radio. El deseo de ser ella misma, en un mundo donde no pertenece al montón y lo convencional se ve lejano pero, “querer es poder” ¿cierto?  –Se aferra a ese dicho–

Algunos quieren ser recordado por las masas, marcar la diferencia en el mundo. Pero otros lo único que desean es tener a los pocos que en serio le aprecian cerca. Puede que su nombre no sea papá, a veces tampoco es mejor amigo.

Hasta ahora las cosas siempre se han calmado, ella se ha equivocado y ha tenido razón.

La música puede que ayude un poco al momento de distraerla, pero en el fondo le da más fuerza para decir –sé a dónde voy y cómo llegar. Será difícil, pero no voy a parar.

Este es el momento en que esa chica se pregunta “¿Cómo quieres ser recordada? ¿Por tu silencio o por tu voz?”

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Cartas a Evan


Evan, después de tu declaración muchas cosas cobran sentido. Finalmente entiendo por qué te amo tanto y nunca supimos si éramos novios, amigos… o los dos.

Es que –me sonrío imaginándote– si me lo hubieses comentado sabes que lo comprendería perfectamente. Ahora eras no solo mi dulce niño consentido, sino que ahora podía tratarte como tal.

Después de todo, debido a nuestra diferencia de edad, esto se dificultaba ya que son casi 10 años de diferencia. Tu con unos tiernos 19 años y yo pisando los 28... –Querido Evan–

Recuerdo esa vez que me llamaste llorando porque no sabías qué te pasaba y te dije que la homosexualidad no es nada malo. Naciste amando al mismo sexo, eso nunca cambió y me alegra de que hayas elegido bien, nadie puede obligarte a amar, solo tú decides y te apoyo, es más, te diré algo curioso. Cambiando un poco de tema.

Me parece que la foto de ese chico que me mostraste hace un tiempo lo vi en un viaje que hice recientemente en barco. No estoy del todo segura, pero aun si no fuera él, me atrevo a decir que parecía una persona interesante.

Usaba shorts playeros y una camisa con una jirafa en bicicleta, no puede evitar sonreír una que otra vez; tenía un sombrero de esos que usan en los safari y un tatuaje de un atrapa sueños en el antebrazo.

Lo que me pareció más “cool” de él es que al igual que yo, tenía los audífonos puestos, un libro en mano y de vez en cuando cerraba los ojos para sentir la paz del mar –eso quise pensar… porque eso era lo que yo hacía– en un momento de valentía le tome una foto mientras se reía, era como si estuviera posando para mí. Y para ti.

Al parecer se dio cuenta –que vergüenza– porque cuando voltee a verlo tenía la lente en mi dirección, tal como había hecho yo hace unos momentos.

Me quede oyendo Shell de Few  Bits con los ojos cerrados sintiendo la brisa marina. Cuando los abrí no había nadie a mí alrededor, todos estaban viendo algo. Me asome y eran delfines –sonreí y reí de emoción, como un niño abriendo un regalo de navidad– me sentí tan alegre que no tome fotos, sabía que mi cámara no podía capturar la belleza natural que mis ojos si podían. Que gran sorpresa que al voltear a la izquierda ahí estaba él, mirándome.

Fueron tal vez fracciones de segundo, pero valió la pena el recuerdo.

domingo, 30 de noviembre de 2014

Querido señor R


Estos últimos meses, una persona en especial ha sido para mí un gran ejemplo a seguir. Por todo y especialmente esa conexión que tal vez sin muchas palabras ha sido una de las más puras que he tenido y de las que no se repiten en la vida. –me siento afortunada–

Oigo Midsummer Field de U137. No puedo evitar imaginarlo a él riendo, contando sus sarcásticos chistes y hablando con esa voz que a cualquiera enamora, sin mencionar su coqueta sonrisa; aunque estamos en el mismo lugar, tal vez iremos perdiendo la continuidad de charla –me pongo nostálgica– “lo importante es lo que pasó” pensé, para animarme un poco.

Sé que no perderé el contacto con él, haré lo posible porque así sea. Me inspira y a pesar de que fue mi maestro en una oportunidad, siento que seguiré aprendiendo cosas de él.

Es de esos seres con amplios conocimientos, con aquellos que no quisieras dejar de hablar nunca, de esos hombres interesantes que sabes que no son capaces de decepcionar conscientemente. Carismáticos y por supuesto, algo que me encanta de él es su gusto musical –sonrío– que entienda la canciones como arte y expresión, no solo acordes y maquillaje me fascina, porque no todos somos capaces de aceptar ciertos géneros de música sin tomar en cuenta los rumores o criticas de otras personas que  automáticamente estereotipan a los artistas. A mi personalmente me parece que todos tenemos derecho a expresarnos y amar lo que nos hace únicos, él es así y mejor, solo que no quiero aventurarme a decir cosas que aún  no sé sobre él.

Me gustaría poder conocerlo mejor y decir “es un buen amigo”

Desde que nos conocimos en el aula, me llamó la atención su manera de expresarse. Y no me equivoque, es de esos que provoca conocer. Él crea en mí esa ilusión esperanzada de que podemos lograrlo todo si es eso lo que en verdad deseamos.

Fuera del aula ha resultado ser todo un caballero, humorístico y educado. –me encanta su pullover gris con hilos violeta– pensé. Y es que esos dos colores tal vez podrían describir su personalidad o estado de ánimo. El gris, color de la teoría y lo secreto; el violeta aunque en menos cantidad, representa los la sensualidad y espiritualidad, vanidad y cómo no mencionar que es el color de los pecados “dulces” es una mezcla casi tan interesante como él.

Puede que sea de esos hombres poco convencionales que disfrutan de enviar mensajes subliminales –aunque también puede que sea demasiada imaginación por mi parte– como también puede que sea de esos hombres que visten según sus sentimientos sin saberlo.

Definitivamente ha influido positivamente en mí, espero que él piense algo bueno de mí y que tal vez le agrade, le caiga bien. Me encantaría.

Éste increíble mentor, con ojos de chico emprendedor, sonrisa de pícaro, imponente voz de historiador, de alta estatura y piel no tatuada a simple vista, es nada más y nada menos que la persona que más ha logrado inspirarme, no miento, por más de cuatro meses.

Por eso y lo que vendrá le agradezco mucho señor R.

viernes, 21 de noviembre de 2014

Luces de amanecer.


Esta mañana cuando desperté sentí algo tan ambiguo que era difícil de explicar. – ¿Qué era?  – no lo sabía, solo quería salir y que después viniera a mi… más tarde, así fue.

Quedé en encontrarme con un amigo en su estudio. Llamé a la puerta y su ama de llaves me saludo con un abrazo, una sonrisa, en cambio yo era un desastre y estaba tan sorprendida como agradecida, la abrace intentando darle la misma calidez que ella me había dado –espero haberlo logrado–.

Entre al estudio de Tomás y estaba sorprendentemente vacío –él me invito– pensé. Me limité a dar unas cuantas respiraciones para aclarar mi mente; pronto me sentí cómoda e imagine mí alrededor como un lienzo en blanco, de casualidad encontré un lienzo desplegado en la pared central de medidas aproximadamente de 1.50x2. Me quite el reloj, la bufanda. Dejé mi bolso en el perchero.

Registré un poco las gavetas hasta encontrar unas acuarelas.

Me hice una trenza sencilla para quitarme el cabello de la cara y comencé a pintar la primera escena que vino a mi mente.

Mientras daba las primeras pinceladas pensaba en aquella conversación –“hay un sí y un no. Puede ser, quizá. Todo aquello es una negación, un engaño. No existe un término medio. No hay mentiras buenas mi musa de medianoche, mi nena inalcanzable”.

Aquel chico rebelde por el que aprendí a hacer realidad mis locuras. Beber vodka hasta el amanecer y luego conducir a la playa donde pasábamos la noche en una casa abandonada a 5km que pronto volvimos nuestra. Cantar en las plazas para ganar dinero y no trabajar horas extra… éramos el dúo dinámico.

¿Cómo aquel wildchild se había convertido en mi mejor amigo? Supongo que fueron de esos momentos que no se repiten, esa pasión que dura lo que dura la juventud –que en el fondo sé que no hemos perdido– es mejor así, esos son momentos que ni el Alzheimer me los hará olvidar –las fotos en la sala de mi casa me harían referencia–.

Es así como terminé por pintar el momento en el que conocí a mi alter ego masculino. La titulé “Luces de amanecer”.

Oigo pasos acercándose. Tom, el amigo del que les he estado hablando me rodeo la cintura con sus brazos mientras en sus manos sostenía la foto del momento que retraté.

Lo amo. Él es parte de lo que soy. Estos años lejos me hicieron darme cuenta de que el amor de verdad no es necesariamente de pareja y que no dependemos de alguien para ser feliz, sino que a veces necesitamos alguien que nos ayude a amar nuestras vidas.

martes, 4 de noviembre de 2014

En cuatro paredes, Zemansky.


Ella se arrodilla y baja su cremallera.

– ¿le molesto si continúo? –proceda señorita Damone. –ya que se encuentra cansado, procederé de forma lenta y continua. – ¿con sus labios o con toda la boca? – ¿podría indicarme su preferencia? Él levanta la mirada y argumenta – ¿por qué no ambos? –Su orden es mi deseo.

Tras unos minutos de un extaciante trabajo oral, Mia se coloca a horcajas sobre el regazo de su mentor quitando delicadamente su pantalón. Él introduce su miembro –la obligare a sentarse en repetidas ocasiones con el movimiento que usted quiera. –no será obligación, ya que estaré complacida.

Él se levanta y se coloca frente a ella, cargándola y penetrándola, simulando un salto a la vez que estimula la emoción y placer dentro de ella. Cansados, jadean, pero quieren aún mas –planteo un 69 invertido, estando parados.

Sin esperar aprobación, continúa. Franz parado normalmente, la sujeta por la cintura estando de cabeza, mientras ella juega a hacerle cosas a su miembro y él introduce su lengua en la vagina de Mia, mientras cesa por unos segundos para besársela. –Señor ­­Zemansky debo admitir que ha superado mis expectativas. –es su turno de decidir qué haremos después de nuestro 69 acrobático señorita Damone. –Pues, ya que esta creativo, me gustaría probar algo solo si a usted le parece mi señor. –con el mayor gusto del mundo. ¿Qué tiene en mente? – No sé si quiera experimentarlo señor Franz, puede que sea un poco doloroso. Pero valdrá la pena si de placer estamos hablando.


Él se imagina lo que pasa por la mente de su colega y acierta. Sexo anal.

Franz – ¿cómo le gustaría que me moviera allá adentro? –en principio señor, lentamente. Luego la fuerza y velocidad la impondrá usted en mí.

Él se apodera totalmente de la situación, tomando el control del cuerpo de su amante; sujeta sus nalgas mientras la penetra y unos momentos después, se inclina para con sus manos tomar sus pechos. –le molesta mi atrevimiento si yo… ella niega con la cabeza y rápidamente responde –mi señor, recuerde que estoy a su merced. ¿Por qué he de molestarme?  ­Zemasky procede a estimar con su mano el clítoris de la chica.

Mia gime fuertemente pronunciando el nombre su compañero sexual. A la izquierda del sillón hay una mesa de patas largas que sirven de inspiración para ella. Saca su bufanda del bolso y se la da a Franz –supongo que sabrá qué hacer con ella mi señor. –por supuesto que lo sé.

Amarra suavemente las muñecas de la chica a la mesa. Antes de que él se aleje para penetrarla ella lame su cuello en puntos específicos, aumentando el placer. Franz baja desde sus brazos, besándola, pasando por su boca y cuello. Se entretiene unos momentos con los pechos… lamiendo sus aureolas –fuertes gemidos– pasando la lengua por sus pezones, mientras con la mano derecha hace travesuras en su entrepierna.

Luego desciende dándole besitos desde el abdomen hasta la vagina, e introduce su lengua haciéndole un buen oral. La chica jadea de cansancio… y placer. Con un dedo él juega de arriba para abajo; cuando la siente más húmeda introduce los dos dedos y hace lentos movimientos circulares.

Ella irrumpe con su voz – ¡oh dios mío, que placer tan increíblemente satisfactorio! Me excita mi señor, y mucho. Él cesa el estímulo de manera casi súbita para dedicarle una mirada poderosa –esa es la idea señorita, que sienta mucho placer. – ¿he hecho un buen trabajo mi señor? Franz le dedica lo que parece ser una tímida sonrisa –ha sido excelente.

El recorrido del miembro dentro de Mia es suave con movimientos ondulatorios, mientras la mira a los ojos que al igual que los de él, están rebosantes de excitación. Los gemidos hacen que gradualmente aumente la velocidad y el movimiento. –Usted si sabe complacer a una mujer señor Zemasky, él levanta la mirada – eso espero señorita, que lo disfrute demasiado. Sin sacar su miembro, se inclina masajeando eróticamente sus pechos y lentamente con un recorrido casi infinito, llega a su boca para besarla al ritmo de lo que acontece en la parte inferior.

Dando entrada a un tercer orgasmo. Mia cierra los ojos gimiendo aún más fuerte, definido; él por su parte con un permiso visual, se corre dentro de ella y cansado se tumba sobre ella. –oh señorita Damone. Ella no hace más que rodearlo con sus brazos. Con un beso se quedan dormidos hasta la mañana siguiente.


En cuatro paredes.


18:45.

Las puertas de la oficina del Doctor Franz Zemansky están a punto de cerrarse cuando de pronto con una proposición, entra Mia Damone, que asiste al curso corto para trabajar en el bufete de la firma Zemansky.

La mañana del 20 de enero, la asistente del importante abogado da las buenas nuevas.

Una llamada interrumpe el profundo sueño de Mia, pero cuando en la pantalla del teléfono ve el apellido de su mentor, sale de su cama de un salto, se arregla y rápidamente va a la oficina.

En el recibo, se encuentra con Kali Homer (la secretaria de Franz) –llega tarde, la están esperando en su oficina. Ella ladea un poco la cabella y en su mente se pregunta – ¿mi oficina? Emocionada corre a ver de qué se trata y se encuentra con su mentor, con una cara no precisamente de felicidad. –Llega tarde, no es lo que esperaba de mi nueva colega– ella se sorprende y deja caer su bolso hasta el antebrazo. ­­–usted fue la que obtuvo mejor ponderación en mis pruebas, pero deber ser más responsable con sus compromisos de trabajo en la firma.

La chica trabaja duro y aun con cansancio trata de hacer lo mejor que puede.

 Franz –Son las 23:56, vaya a dormir, sino mañana no rendirá en sus obligaciones. Ella sin apartar la mirada de los documentos responde –yo jamás dejo algo sin terminar, señor Zemansky. Él, ya con el medio cuerpo fuera de la oficina, retrocede un paso y la mira interrogante –No la estoy retando señorita Damone, pero no creo que esté despierta un par de horas más. Ella le dedica una mirada imponente – ¿Quiere apostar señor?  Zemasky deja su maletín en el escritorio – ¿Qué apostara señorita?  Ella ahoga una risita –eso no puedo decirlo ahora mi señor, estoy trabajando. Se sienta en el amplio sillón y responde –pues esperare.

Mia satisfecha, lleva su informe terminado a la mesita de té junto a Franz, que se encuentra dormido. Se sienta junto a él y detalla el cuerpo de su mentor que con 26 años heredó la agencia de su padre. –lo deseo– susurra.

Franz reacciona y se sorprende al verla leyendo una revista de moda –veo que no mentía… -dice disimulando un bostezo- ahora, que he perdido ¿me dirá cuál es la apuesta? – ¿perderé mi trabajo si digo lo que tengo en mente? – ¿qué tiene en mente señorita? – ¿Qué podría complacerlo? –sorpréndame.



domingo, 2 de noviembre de 2014

England


Tres semanas en el extranjero –suspiro– una vez en el avión, mientras todos dormían yo observaba las nubes en el cielo negro. Inexpresivo y maravilloso a la vez. Solo escuchaba a lo lejos la turbina del avión y mi profunda respiración.
La primera semana vi una chica en mi clase que me pareció hermosa y yo solo quería hablarle, verla de cerca, oír su voz. En las tardes, pasaba el tiempo jugando con el frisbie y unos amigos del curso. Como una escena cinematográfica, el frisbie siguió de largo y termino justo frente a aquella chica y su amiga, haciéndola dar un respingo y soltar una risita nerviosa que me hizo que emociono más a medida que me acercaba. La mire a los ojos esperando que al fin mis ojos azules sirvieran para algo… y  funciono. En un acto de valentía decidí hablarle – ¿quieren jugar con nosotros? Pregunte con cierto aire de confianza. Ambas se colocaron a mi lado y mis amigos que no pudieron resistirse, se acercaron al rato para habar y más tarde ir a comer algo.
Caída la noche de la segunda semana, no había vuelto a ver a la chica de mi clase, la buscaba con la mirada mientras todos bailaban en el club y de pronto entre pasos y empujones vi una chica a los lejos con la que comencé a bailar. Nuestras miradas se cruzaban y lentamente juntamos las manos en el aire y seguíamos bailando. –durante esa noche, desconocí por completo el significado de “vergüenza”–
El domingo de la misma semana me sentía diferente, no estoy seguro de si era porque me quedaban pocos días en Inglaterra o porque mis amigos no me esperaban a la hora de salir de clases, se iban sin mí me ignoraban cuando es pedía que me esperaran para ir a un club, comer o algo.
La última semana podía decidir entre hacer un tour matutino o quedarme en casa con los del curso y quizá salir por ahí. El jueves me tope por pura coincidencia con la chica que me gustaba y quede con ella para salir el viernes por la tarde, luego del tour.
Antes de salir le comente a uno de mis amigos lo que había hablado con la chica y le pedí que si la veía le recordara lo de esta tarde. Un par de horas más tarde l bus comenzó su camino, me puse los audífonos oyendo “My friend” - Marble Sounds. No oía lo que decía el señor del bus acerca de los atractivos turísticos de de Yorkshire –supongo–. A eso de las 14:00 estábamos volviendo a la escuela de intercambio y, muy lejos de llegar el trasporte dejo de funcionar. Se averió y yo solo pensaba en la chica. Tuve que esperar dos horas a que llegara otros bus de la ciudad. Se habían hecho las 18:34 cuando finalmente llegue a donde esperaba encontrarme con la chica –Amber–.
Pasadas dos horas pensé lo lógico –se había cansado de esperar. Regrese a el departamento con los muchachos y no había nadie. Cene en soledad solo con mis audífonos y unos pantalones anchos.
Mi amigo al criar la puerta grita mi nombre –Dan! Encontré a la chica. –yo de un salto pase del comedor al recibidor. – ¿Qué te dijo? ¡dime! Grite impaciente. –me dijo que te diera esto. Luego de una pausa me abraza. –dijo que no pudo esperar, debía regresar a Londres. No pude evitar que mis ojos se llenaran de lágrimas, pero antes de que se deslizaran por mi mejilla las seque con una servilleta.
De regreso a mi país y luego de una inolvidable experiencia, solo me arrepentía de haber decidido ir al tour y no poder despedirme como hubiese podido de Amber.
Mantengo la esperanza que el destino algún día nos reunirá.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Sonrie


En un momento de chispa e inspiración oigo “What Sara said” de Death cab for a cutie y comienzo a escribir.

Soledad. Esa desagradable sensación de estar acompañado y sentir que no hay nadie a tu alrededor.

Hoy, en mi curso estaba abstraída pensando en solo una cosa. El futuro; me contradigo una y otra vez, pero ahora lo veía claramente –de repente me siento ligera–. “No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes” o hasta que sientes que lo pierdes.

Me preguntaba por qué no seguía mis propios consejos, de no insistir en lo que puede no resultar, de no ser pesimista cuando tienes razones para sonreír.

Recuerdo que hace unos días, me encontraba decidiendo si empezar de nuevo o si valía la pena ignorar los contratiempos y seguir mi vida. En el momento, ambas opciones sonaban tentadoras pero, la realidad era (siempre hay un pero) que terminaría decidiéndome por una tercera opción improvisada… una mezcla de ambas opciones. ¿El resultado? Desastroso, no lo recomiendo a menos que quieran ser víctimas de ustedes mismos.

Amor –suspiro–. Típico sentimiento que nos puede hacer reír y llorar a la vez. Típico sentimiento que nos hace sentir enamorados e iracundos a la vez. Típico sentimiento que nos hace sentir fortaleza y debilidad a la vez. Típico sentimiento que queremos sentir y a la vez no.

En resumen, nuestras vidas son impredecibles y hasta cierto punto bohemias –me atrevo a decir–  y a veces se necesita sentir dolor para aprender a valorar las pequeñas cosas de la vida en las que se alberga la felicidad y la inocencia.

A veces nos sentimos ingenuos cuando no estamos pensando en dinero, sexo o banalidades, pero es bueno de vez en cuando ser un niño de nuevo y disfrutar de las cosas más simples sin preocuparnos, o pensar en si lo que tenemos durará, sino que nos enfocamos en vivir el momento sin desperdiciar ni un segundo, una risa o una lágrima… que puede ser nuestra maestra más sabia.

Ama y ámate, disfruta. Rompe una que otra regla de vez en cuando, así desafiaras a la rutina y escaparas de la monotonía.

lunes, 27 de octubre de 2014

Una gota de lluvia


Hoy de camino a la universidad. En medio del tráfico y mucha lluvia, el frío me hacia temblar. Fue entonces cuando de la nada me di cuenta de que en cualquier lugar en el que estuviese sería igual.

Las lágrimas, las risas, la luna, lo placentero del amanecer, hasta los besos; para mí, todo varía según las personas con las que esté y los sentimientos que sienta hacia ellos. No según el país o ciudad... eso es lo de menos.

Hace unas semanas una amiga me propuso mudarnos lejos y empezar de nuevo por nuestra cuenta. Sonaba tan hermoso como difícil.

Mirar a alguien que no puedes tener, que esa persona sea la principal de las razones para irte y abandonar toda tu vida para volver a empezar. No sabía qué hacer ni por dónde empezar para no alejarme de esa persona –más de lo que ya estaba, claro–.

Entonces en voz alta dije –no creo en el destino… pero todo tiene su tiempo. Mantenía la esperanza de que el amor llegase junto la felicidad –Que exigente de mi parte ¿no?–.

Decidí no apurar las cosas e intenté relajarme. Recién había oído el álbum “Plans” de Death cab for a cutie y me encantó.

Mientras trotaba me transportaba a un ambiente bohemio, y más aun oyendo aquel álbum. Pensaba en todo lo que me había estado quitando el sueño. A medida que avanzaba el disco, mi estado de ánimo iba cambiando… al igual que mi expresión facial. El redoble de tambores de la tercera pista me hacía imaginarme en cámara lenta.

Comenzó a llover, pero le reste importancia y seguí trotando –no podía desperdiciar aquel momento perfecto–. Como viñetas, recuerdos me venían a la mente, mis ojos lagrimeaban y los latidos se aceleraban. En ese momento solo deseaba entender a mi familia, que mi padre me aceptara por quien soy y no esperase de mi algo que no planeo hacer. Entre esos recuerdos pesimistas, una pizca de luz logró salvarme de una mala decisión que tal vez me costaría la juventud.

Acabé por aceptarlos y aceptarme como soy. Todos nos equivocamos y pues, no hay de que avergonzarnos ya que de los erroes aprendemos a alcanzar el éxito. A mis verdaderos amigos, los considero parte de la familia. Me han enseñado a tener la frente en alto en los momentos que mas lo necesito. Los amo y no los cambiaría por nada.

Nunca olvidaré aquella tarde en la playa cuando juntos estabamos cantando cantando “Your heart is an empty room”.

No hay mejor amistad que la que no se olvida.




lunes, 20 de octubre de 2014

Sin rumbo, una meta.


Me encontraba en la carretera, conduciendo a 100 km/h sin rumbo, solo con una canción y una utopía en la maleta.

Claramente, las cosas que hice en el pasado no van a desaparecer huyendo de la realidad, pero tal vez la realidad es mi pasado. No lo se, yo siempre fui de esas personas que se enamoraba sin medida; para mí el amor es sentir la verdadera felicidad… pero ¿Cómo reconocer la verdadera felicidad?

Recientemente alguien que amo pero está muy lejos me dijo “tengo amigos a los que veo poco, pero a ti no te puedo ver nunca”. No sé cómo describirlo, tal vez él

es lo que yo siempre había querido, alguien que me hiciera sentir la calidez de una familia, lo auténtico de la amistad y lo fino del amor. Quizá en unos años cuando lea esto pensare que quizá exageré, pero es así como me siento ahora.

Escuchar su voz, ver su rostro…  sus labios, sus ojos –suspiro– y no poder tocarlo ni besarlo. Una tortura.

En varias ocasiones me dijeron –de tantas personas que conoces, lo prefieres a él que está lejos. Y yo dije –si, él me gusta mucho más que cualquiera de los que he conocido. “Siempre quieres lo que no puedes tener” oí a modo de suspiro.

Un día hablando por videollamada me dijo –por qué tenemos que estar tan lejos. Pronto se quedó dormido y yo no quise colgar. Su rostro tan relajado e inocente no me dejaba pensar más que en él. Comencé a llorar, lo veía de reojo y en mi cabeza un debate surgió. Al cabo de unos 20 minutos –se  mueve– haciéndome dar un respingo. –Se ve tan hermoso. Dije hacia mis adentros dejando expuesta una media sonrisa mientras ladeaba mi cabeza.

 ¿Cómo le prometes a alguien que ahí estarás? que tus sentimientos no cambiaran… que por fin estarán juntos.

Superando obstáculos, sin olvidar la meta.

Si como dicen “Fácil viene, fácil se va” pues al contrario “Difícil viene, difícil se pierde”.


sábado, 11 de octubre de 2014

Cartas a Evan


Hola Evan, sé que probablemente ya no quieres saber nada de mí pero necesito escribirte. Ya casi no puedo dormir sin pensar en ti y… extrañarte por supuesto.

Solo quería que supieras que tenías razón (como siempre) nadie vive sin ser odiado y pocos mueren sin ser amados. Nos enfrascamos tantos días de nuestra vida en encontrar el amor y luego descubrimos que solo buscábamos felicidad, porque la sociedad dice que en el amor esta la felicidad. Ahora que ya no te tengo, lo entiendo. Justo como aquel famoso dicho “no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes”.

De todos los altibajos que he tenido en mi vida tú has representado loa mayores altos y los mayores bajos. Eso es bueno aunque no lo parezca, tú eres tan parecido a mí; siempre me aconsejaste para mejorar, no sabes cuánto te lo agradezco.

Estaba reflexionando hace algunos días sobre el por qué no había podido olvidarte. Enseguida recordé ese día cuando casi llorando me dijiste que si no funcionaba conmigo te quedarías solo, que ibas a dejar de intentar encontrar el amor. No quería que eso te pasara apenas tienes 26 años. Eres tan joven y guapo… no te mereces una vida en soledad como la mía.

Piénsalo, espero con ansias tu respuesta.

                                                                                                                                              Con amor, Eliana.

sábado, 6 de septiembre de 2014

Historia de un tatuaje. "Coming Home"


Una tarde como cualquiera en el local. El zumbar vespertino de las agujas, el olor a talco de los guantes, personas que tienen siempre algo en común.  El deseo de tatuarse. Algunos por moda, en cambio otros quieren tatuarse parte de la historia de su vida. Algo significativo.  

En la hora que los tatuadores se van a comer algo, entra una chica. El local está solo a excepción del veterano Jonathan. – ¿se te ofrece algo? Pregunta sin hacer contacto visual, enfocando su mirada en un dibujo para otro cliente. –puedo volver más tarde… veo que estas ocupado y no hay nadie además de ti. –estoy por terminar, puedes sentarte en aquel puf. –El único puf. Pensó ella, después de mirar alrededor y ver solo un asiento verde neón.  

Aproximadamente cinco minutos luego Jonathan se levanta, estira sus extremidades y pregunta en un bostezo. – ¿en qué puedo ayudarte? –quisiera tatuarme esta frase. Arrastra sobre la mesa un papel arrugado y algo manchado por carboncillo. – ¿Coming home? –sí, lo quiero en el antebrazo. –es una canción de Kaiser Chiefs. –No es solo una canción. –bien. Se lleva el boceto a la mesa de dibujo. –me contaras cuando te lo tatúe… me tardare unos diez o quince minutos en hacer de esta frase algo bueno. –De acuerdo, esperaré. Vuelve a sentarse y saca un libro de su bolso.

Pasan los diez minutos. –no te ofendas. Dice dejando el plumón en la mesa y ladeando la cabeza. –pero no te ves como una persona que se haría un tatuaje. –no me ofendo. –entiendo… mi nombre es Jonathan. –Mucho gusto Jonathan. Dice estrechando su mano; el hombre se queda un poco confundido. – ¿no me dirás tu nombre? Dice soltando una sonrisa, no necesariamente de felicidad. –Lo siento, estoy distraída. Me llamo Miranda. –Gusto en conocerte Miranda. La chica le sonríe tímidamente. Ella se recuesta en la camilla y comienzan a llegar los demás tatuadores. Todos saludan a su colega y él hace lo mismo.

Clava su mirada en la de Miranda, que se sonroja. –no estés nerviosa, he tatuado a cientos de chicas. –no estoy nerviosa por el tatuaje. –es pequeño. –lo es. Las agujas se ponen en marcha y la tinta comienza a hacer su trabajo. –cuéntame, ¿por qué una canción de los Kaiser Chiefs?  – ¿quieres que te cuente la historia larga o la corta? –esto tardará, cuéntame la larga. La chica suspira al mismo tiempo que sus ojos comienzan a lagrimear. Él se detiene para pasarle una servilleta y seque sus lágrimas. –gracias. Dice sosteniendo la servilleta. –si no quieres contarme lo entenderé. –no, quiero contártelo. Nunca se lo he dicho a nadie. Jonathan se sorprende al oírlo. –pues, te escucho. –Hace aproximadamente unos seis meses, a fines de febrero si mal no recuerdo estaba oyendo playlists en YouTube para distraerme un poco, descubrir nuevas canciones… y de pronto oí Coming Home. Se me iban las tardes oyéndola, bastaba oírla para mejorarme cuando me sentía triste; hace años murió alguien a quien yo amaba, compartíamos los mismos gustos en música. –Jonathan silva como diciendo ¡oh vaya! – a veces lo extraño y, ¿cómo no hacerlo? él era parte de mi vida. Esa canción me hace recordarlo, sentir que lo tengo un poco más cerca. – ¿no crees que exageras un poco? –puede que sí, pero la canción tiene un significado para mí, no me importan los demás. –me agradas. –ya me han criticado suficiente como para darme cuenta de que a veces las críticas son solo palabras sin significado. –estoy totalmente de acuerdo contigo. Dice levantando la aguja para dedicarle una mirada sincera a la chica.

Extrañamente, Miranda se siente amada por primera vez en mucho tiempo, algo pasajero pero satisfactorio. –Personalmente creo que el solo significado de la frase sin tomar en cuenta la canción es, vivir para morir. Desde que nacemos nos preparamos para la muerte, sin esperarla o desearla… pienso que todos podemos escoger nuestra misión de vida. Yo vine para amar – ¿eso crees? Pregunta Jonathan sintiendo una ligera atracción por ella. –Amar la música y ver más allá de lo que una mirada esconde… o no. Dice, suavizando su expresión facial mientras va recorriendo el rostro de su tatuador con la mirada.

Jonathan limpia y cubre el área tatuada. Al levantarse, los audífonos de miranda se desconectan de su iPod y se escuchan lo susurros de “i will be silent”. – ¿Qué banda es? –over the ocean, seguro no la habías oído hasta ahora. –de hecho si, se presentaron en un café a unas cuadras de aquí. –me hubiese gustado ir. Dice en un suspiro. –sí. Dice Jonathan como queriendo decir algo más, pero se apena y vuelve a su mesa, mientras ella va a pagar.  

Miranda está a punto de cerrar la puerta, cuando él la detiene y se coloca frente a ella, que lo mira interrogante. Titubea unos segundos. – ¿quisieras acompañarme a tomar un café? Preguntó, tomando la mano de Miranda sin dejar de mirarla con sus hermosos ojos pardos. Ella cierra sus ojos y entrelaza su mano bajo el antebrazo de Jonathan. Los abre y se encuentra con una sonrisa masculina que derrocha sensualidad. Ella aceleradamente le planta un beso a milímetros de los labios y responde. –Me encantaría. Él la Abraza y le besa la mejilla... sin alejar los labios dice –eres la primera persona que despierta sentimientos en mi en mucho tiempo. –tú igual.



miércoles, 27 de agosto de 2014

Cartas a Evan


20 de Agosto


Después de estas últimas semanas que hemos practicado lo que me propusiste debo admitir que, por supuesto, es placentero.

No me quejo, el sexo telefónico es algo que nunca había hecho y contigo –suspiro– me encanta. Y tienes razón, nos ha fortalecido pero como pareja hemos sido poco constantes hemos jugado con los años y con nuestra imaginación.

Ahora estoy escuchando Still loving you de Scorpions y me recuerda tanto a ti.

“Is there really no chance, to start once again? I’m loving you”

Supongo que escribirte ya es costumbre, te veo casi todos los días, lo nuestro es un vaivén, siento que si no te escribo te pierdo… es complicado.

Me contaste que meditar o asistir a talleres me haría bien. Y pues, lo hice.

Eran como las 9:00 am del domingo cuando me dirigí a una puerta que estaba abierta, parecía ser el lugar correcto. –Pero me equivoque– En el momento pensé que todo estaba bien asi que me mostré muy alegre y extrovertida… para ¿variar? Fue entonces cuando me di cuenta de que estaba en el lugar equivocado. Unos ancianitos que estaban desayunando me miraban boquiabiertos seguramente preguntándose qué diablos hacia yo ahí. Muy amablemente me preguntaron ¿qué buscaba? Les dije que buscaba al grupo del taller sobre constelaciones familiares. El hombre me dijo con voz firme –usted se equivocó de casa, no sé de qué me está hablando– sentí mucha vergüenza y a la vez ganas de reír. Finalmente tras diez minutos de “ardua búsqueda” (el departamento del piso de arriba) encontré a la gente del taller.  Y de nuevo me equivoque de grupo, entre a uno de reiki. No tenía idea de qué era eso. Me asusté con tanto incienso, velas y música celta. Salí al recibo esperando a que entrara alguien y ¡BAM! De golpe llegaron como diez personas que si pertenecían al grupo al que me inscribí.

Finalmente pude meditar y hacer ejercicios para encontrarme a mí misma y descubrir que tú eres parte de mí y que lo nuestro está destinado a durar y que yo, por mi arrogancia no he querido aceptar del todo.

Eres lo mejor que me ha pasado Evan.


                                                                                 Con amor Eliana.

viernes, 15 de agosto de 2014

Vida de una informante invisible. Parte IV.


8:00 pm. Suena en la radio “Consequence” de The Notwist.

Alissa está regresando a casa del aeropuerto,  esta agobiada y con muchas dudas. Mientras pasa por el túnel, canta inconscientemente el coro de la canción.

Cruza la puerta del bar y basta para llamar la atención de Blake. –La abraza fuerte– ella aprieta los puños, pero tras cinco segundos de un cálido abrazo, se relaja y también lo abraza –Ella suspira– un ligero silencio tensa sus miradas. Un beso anhelado los distrae de su entorno.

 Alissa espera a que el bar cierre para irse. –Te extrañe mucho. Dice acariciando su mejilla –me hiciste falta, las relaciones a distancia no son lo mío, lo admito. –Ahora sabes porque no intente nada contigo antes, ni con nadie. Por eso estaba sola. –Ya no tienes que estar sola. –Quisiera creerlo.

Llegan al departamento y Alissa se tumba en el sofá –Cómo extrañe todo esto. Dice en un suspiro. –A todo esto, incluyéndome,  le hacías falta tú. Comienzan a desempacar, comen algo y conversan del viaje entre risas y besos. Pasado el tiempo vuelven a donde iniciaron. –Tal vez suene algo desesperado, pero te veo y me dan ganas de hacerlo, aquí y ahora. – ¿En el sofá Ali? Es pequeño. –Te deseo. Le susurró al oído. Sin más palabras Blake desliza el jean de Alissa y silenciosamente le da placer. Gime de placer y, satisfacción. Ella hace lo mismo cuando termina; se coloca frente a él de rodillas y baja la cremallera, le da besitos sutiles en el abdomen hasta empezar su trabajo oral. Uno muy bueno, delatan los gemidos de Blake. – ¿quieres ir a la cama? –Yo te sigo Blake. Responde sonriendo. Se toman las manos y van juntos a la habitación. Ella se recuesta en el regazo de su chico. Se oye el eco de la música que tienen puesta los vecinos. –Al parecer no somos los únicos que queremos una noche de pasión. – ¿lo dices por la música? –Es Greg Laswell, si no logras acostarte con alguien escuchando su música, fracasaste como seductor. Él la mira sin que se dé cuenta, esta distraída por la música y cuando cierra los ojos, Blake la rodea con sus brazos y se acuesta junto a ella; una vez estando frente a frente Ali esconde una sonrisa con su cabello. Se pone a horcajas sobre él, mientras la toma por la cintura sigue sonando Greg Laswell.  –“What a day”. – ¿A qué te refieres Ali? –El nombre de la canción, no podría ser más oportuna. Él se acerca besándole el cuello con sensualidad y sigilo. Varios orgasmos y diez canciones más tarde, se acomodan para dormir.

8:50 del día siguiente.

Blake antes de hacer el desayuno juega un poco con el cabello de su chica, besa su mejilla y va a la cocina. Unos diez minutos más tarde ella va a la cocina y llorando abraza a su pareja –Te amo. – ¿Qué tienes cariño? Se da vuelta para abrazarla. –Ya no quiero ser una informante invisible, me canse tener tres nombres y que nadie, además de ti, sepan quién soy. –Ahora que lo pienso, ¿Cómo es que aquel francés supo tu verdadero nombre? –él era un simple contacto, mi familia estaba esperándome en Alemania, fuer un reencuentro muy hermoso, pero ellos sabían lo de mis nombres falsos, lo de mi vida… lo que hago. Es la única familia que me queda, no quiero perderla por mi trabajo. –Puedes ser solo la Ali que amo y que ellos recuerdan. No te prometo una vida perfecta, pero prometo que será una vida cómoda para los dos.

De allí fueron a quemar todas las carpetas y documentos que la vincularan con su antigua vida, contactos, todo. Vendieron las armas y el equipo de espionaje. Solo se quedaron con algunas cosas.

Ocho meses después.

Desempacan todas sus cosas en la nueva casa, no hay mucho que agregarle a su nuevo jardín, así que solo añaden bocadillos y música para la inauguración de su nueva casa. Comienzan a llegar todos los amigos y la familia de Alissa junto con la de Blake.

Casi a mediodia sirven la champaña para el brindis. Se oye el típico tintineo de las copas al chocar, todos beben. Antes de sentarse Blake se arrodilla frente a Alissa, saca una pequeña cajita –Alissa Merker, mi musa, mi único sueño. –abre la cajita y la mira a los ojos– ¿quieres casarte conmigo? Se le ponen los ojos llorosos, asiente –si. Dice emocionada arrodillándose para abrazarlo – ¡acepto, te amo! Un beso conmueve a los invitados produciendo ese clásico “aww” a modo de coro. Blake susurra mirándola a los ojos bajo la mira de los demás –quiero que seas mía por el resto de mis días, prometo que te amare como a nadie porque eres la persona que me enseño que amar no es solo lo que dicen los demás, debes descubrirlo tu mismo.

miércoles, 13 de agosto de 2014

Cartas a Evan.


Sé qué hace mucho no te escribo.

El compromiso me asusta, amarte y que después no me ames, me asusta. Hace un par de días salí a correr y te vi. Con tu cara de cachorrito perdido, estabas buscando trabajo cerca de mi casa… por un momento quise pensar que era para estar más tiempo conmigo, pero al mismo tiempo quería no ilusionarme. Después de tanto tiempo creí que quizá no querías verme.

¿Me equivoque? Por favor házmelo saber, porque no he deseado nada con tanta fuerza en mucho tiempo. Estar con alguien, reír con alguien, además de mis cartas y mis libros.

Dímelo.

Tú tienes toda una juventud por delante, en cambio yo soy  una mujer frustrada. Tengo 5 años más que tú, me duele admitirlo, pero quizá es tiempo de que busques a alguien más. Alguien que no vaya a decepcionarte o a lastimarte. Yo no te puedo garantizar felicidad y creo que felicidad es lo que mereces.

Tu llamada me de ayer me dejo atónita. No me dejaste hablar, pero supongo que ese era el objetivo, querías hablarme, no que habláramos. Lo entiendo, es como desahogar todos tus sentimientos sin esperar una respuesta a cambio.

Me dijiste que cuando quisiera podía irme contigo, que no te importaba si era lo correcto o no. Yo solo pensaba que seria un error hacerte caso, pero he cometido muchos errores en mi vida, este no será uno de ellos.

Evan cariño, piensas como un adulto, besas como un experto, amas como un anciano y eres, apenas un muchacho.

PD: Por cierto, hace unas semanas te vi mientras conducía. No pude evitar tomarte una foto.

lunes, 11 de agosto de 2014

Buscando el norte.


Una mañana me desperté sin objetivos, distraída... con una sensación de vacío.

Esa típica sensación de estar buscando algo, saber qué buscas pero no saber por dónde empezar. –Comienza a acelerarse mi respiración–

Un día hablando con un amigo, me encontré pronunciando palabras que no sabía que podía decir con tanta fluidez. Era por donde debía empezar, buscar mi norte. Para qué sirvo y para qué soy buena. –Soy buena durmiendo– le dije. “Todos servimos para algo” resonaba en mi cabeza.

Solo que no estaba segura exactamente para qué servía. Fue entonces cuando ese amigo me dio un dato muy importante. “No tienes que ser como los que te rodean, no te sientas mal, no te preocupes por ser importante, ya lo eres”. Y en parte era verdad, todos mis amigos son muy inteligentes, buenos para los números, independientes, interesantes. Todo lo que yo quería ser, pero siendo tan pesimista preferí no engañarme y empezar por lo básico. Valorarme a mí misma.

Tal vez aún no estaba segura de cómo llegar a mi objetivo, que es principalmente lograr ser quien quiero ser, sin complacer siempre a todos. La vida no se disfruta complaciéndo a todos, es más, dicen que cuando se presentan obstáculos para lograr tu meta, tu logro será mejor de lo que todos esperaban . –quiero créelo.

Finalmente experimente lo que es tomar decisiones importantes, con miedo de que todo salga mal y obtener resultados inesperados, satisfactorios. Me di cuenta de que siempre al final se consiguen las mejores cosas y que el trabajo vale la pena.


El trabajo duro hace  grandes personas. La humildad pura, hace excelentes personas.

jueves, 7 de agosto de 2014

Buenas noches.


Un ruido sin eco y penetrante perturba mi sueño.

Se oía como la detonación de un edificio y un tsunami. No supe que hacer por unos instantes, todas las personas importantes para mi estaban lejos, eso facilito las cosas. Quise pensar que estaban seguros, mientras intentaba salvarme a mí misma.

Aquello de lo que escapaba no tenía rostro, tenía una voz muy rasposa e imponente, no dude ni un segundo, sabía que no podía mirar atrás. ¿De que escapaba?  –No me atreví a mirar– corría sin descanso tomando lo que me podía servir como arma blanca. Tubos arrancados del pavimento, señales de tránsito… todo a mi alrededor era tempestad.

Estaba sola, me sentía sola. Nada más se escuchaba que el crujir del concreto, vidrios rotos y mi acelerada respiración. Por fin conseguí refugio caída la noche.

Hace unos días no hubiese creído que mi vida perfecta se convertiría en miseria de la noche a la mañana. No lo vi venir, no hubo señales, ¡es absurdo!

Me recuesto bocarriba, viendo al techo intentando relajarme.

Despierto sudando –veo el reloj– no pasa mucho tiempo cuando aquella criatura arranca el techo como si fuera de papel. Tengo miedo, pero lo ignoro. Lanzo todo lo que tengo a la mano, haciéndole nomas que cosquillas a la criatura sin rostro.

Me sujeta el monstruo con sus aterciopeladas garras, estrangulándome.

Mientras más me acerco su rostro se va revelando. ¿Es eso lo que quería, mostrarme su rostro?

Frente a frente, me doy cuenta de que su rostro es tan real como el mío. Ya no puedo respirar.

Despierto. –Pensé que era real, el miedo era real– fue entonces cuando entendí que el miedo no discrimina, de un día para otro nuestra cómoda vida puede irse al demonio y viceversa.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Ying Yang.


Recuerdo que cuando finalmente descubrí qué significa el yin yang creí que había descubierto uno de los misterios de mi vida, esa satisfactoria sensación de terminar algo que te tomo mucho tiempo. Encontrar un resultado inesperado en el momento indicado. No estoy segura de cómo explicarlo.  

Hace un tiempo dije que no me casaría, que no tendría hijos... no lo creí posible.

Entonces me enamore perdidamente de un idiota. Me enseño mucho, me enseño a no confiar en las apariencias, ni en las personas que se creen más que el resto. Como él. Más tarde, me sentía incomprendida y feliz, después de todo. Entonces apareció mi segundo amor, alguien del que no podría quejarme, siempre me dio la razón, venía a verme cada vez que podía, dejaba de hacer otras cosas para estar conmigo y pues, todo con un propósito.

No creo en el “yo soy tuya y tú eres mío”. No creo en hombre perfecto.

Creo en el amor, pero quizá no me abro a él como quisiera por miedo. Puede que parezca fría de sentimientos. Pero nadie quiere ser lastimado, seamos sinceros.

Volviendo con lo que empecé. Estaba pasando por un momento muy duro, así lo creí. Mi padre estaba cada vez más distante y amenazante que nunca, ya venían las pruebas finales, puse en juego mis amistades, perdí oportunidades. Me di por vencida cuando finalmente, todo salió mal y ya no me quedaba mucho que perder.

Justo cuando creí que nada podía ser peor, un diagnostico mato la poca esperanza que me quedaba. Cliché lo sé, pero a veces es solo eso y nada más. Un cliché.

Me di cuenta de que tenía más de lo que creía y menos de lo que esperaba. Me dije a mi misma que estaba sola, tenía que hacer algo para no morir.

Así es, matas o te matan. No con todo el significado de la palabra; es solo que debes matar el miedo para ser libre o si no él te matara a ti.

Me dijeron hace tiempo que todo ser bueno y puro, tiene algo de oscuridad. A veces maldad, a veces indiferencia… otras veces engaño. Y por el contrario, todo ser maligno tiene su lado bueno, ya sea perdonando la vida, ayudando a alguien más miserable que él o simplemente callando en el momento indicado.

Para mí eso es el yin yang.

El ultimo recurso del bien y la oportunidad a una mejor vida para el mal.  


domingo, 3 de agosto de 2014

En otra realidad. Sremaerd


Sin poder conciliar el sueño, Elia pone algo de música “Gleba” de Sleeping Bear, para ser exactos. Se oye un ruido proveniente del balcón. La chica de un salto pasa a la cocina.

 –tranquila, soy yo Paul. – ¿Qué haces aquí? –Pensé que querrías estar con alguien… la música que oyes tiene un toque de melancolía. –Estoy bien, debes irte.  –Lo siento.

Paul abre la puerta.

 – ¡Me retracto! no te vayas.

Elia se muerde los labios.

–Quédate y hablemos… destapare una botella de vino. –no bebo, pero una taza de té estaría bien.

Los dos se sientan en el sofá mientras beben té.

– ¿Por qué entraste por el balcón si sabias que estaba despierta?

Paul se encoge de hombros y susurra.

–Me pareció más divertido.

Obviando lo sucedido ambos charlan… sobre lo que vieron, un descubrimiento fascinante. Paul la rodea con sus brazos.

– ¡Suéltame! –Tranquila, no estoy intentando nada, eso solo que te vi temblando. –Es mejor que te vayas. –Ya te dije que lo siento, no lo volveré a hacer. –No lo entiendes, vete. –Explícame, luego me iré. –No quieres saberlo. –Si quiero. –Es sobre mi enfermedad. –Adelante, cuéntame.

Elia suspira porque no quiere hacerlo. –Como ya sabes, por el síndrome Kleine-Levin puedo llegar a dormir días y hasta semanas; hay pastillas para controlarlo pero no siempre las tomo. Y las consecuencias son la “sobrealimentación compulsiva y conducta sexual desinhibida” además de posible sensación de desorientación, agresividad y alucinaciones. –Eso no tiene nada de malo, lo entiendo. –No, no lo entiendes. A veces no diferencio entre lo consciente y lo inconsciente. Por eso no socializo como los demás y no mantengo relaciones a largo plazo… la gente se aburre de esperarme. –Tengo 25 años, dedique mi adolescencia y parte de mi adultez a investigaciones que todos creen que es un desperdicio de mi tiempo. Créeme, se lo que se es sentirse apartado. –Creí que tenías 24. –Cumplí los 25 hace tres semanas. Estábamos dormidos entonces.

Boquiabierta, Elia lo abraza disculpándose. Se cambia de ropa, toma su bolso y las llaves del auto.

–Ven. – ¿Qué haces? –Vamos a celebrar tu cumpleaños.

La noche, joven y prometedora los ciega. Visitan varios bares buscando entretenerse, pero no es sino en un teatro concurrido conde lo consiguen. Travestis, ilusionistas, actores, comediantes, comida y alcohol. Todo en un mismo lugar. –Ya habían bebido algunos tragos así que no tardan mucho en integrarse al show. Vergonzoso, si… pero orgullosamente inolvidable. El tiempo no está de su lado, lo que comenzó una madrugada de Septiembre, termino la tarde de ese mismo día.

19:10. Ambos despiertan en la sala de estar con un stripper, dos payasos y un Santa Claus negro.

Paul es el primero en abrir los ojos. Y con un increíble dolor de cabeza se levanta de la cama escabulléndose de lo que parecen rastros de una orgia.

Un par de horas después, Elia despierta junto con los demás. Paul preparó café y ordenó pizza. – ¡vaya noche! Expresa uno de los payasos –oh sí. Afirma Santa Claus.

A las 22:00 solo quedan los que empezaron todo.

–Y bien… ¿Qué tal pasaste tu celebración de cumpleaños? –Fantástico, es lo mejor que alguien ha hecho por mi jamás. –Es lo más divertido que he hecho despierta. – ¿A qué te refieres? –Si te quedas a dormir esta noche, te mostrare.

Mirando su alrededor Paul dice –ya es de noche.

Elia aguanta la risa sin éxito. Ambos ríen como si hubiese sido gracioso… nervios quizá. Recuperando el aliento Elia responde.

–ok, tienes razón. Lo que quise decir es que si dormimos juntos hoy, te mostrare.

Unas cuantas tazas concentradas de manzanilla más tarde, comienzan sentir sueño.

Amarrando su muñeca a la de Paul dice –Esto es para que estemos en el mismo sueño… sé que parece infantil, pero funciona.

–Te creo.

Se toman de las manos y pronto se quedan dormidos.

Despiertan en el mismo departamento pero en la sala, en lugar del dormitorio.

– ¿a dónde quieres ir? –No lo sé, es tu sueño. –Es nuestro sueño, ambos podemos intervenir. –Muéstrame tu primero e intentare seguirte.

Ella abre la puerta, para ir a otro lugar. Una playa de Islandia.

–es imponente. –me gusta venir aquí. –Ya veo por qué. –es tu turno, solo imagínalo y aparecerá. –vayamos a la orilla.

Las olas heladas impactan suavemente en sus tobillos. Caminan un poco buscando algo. Y es entonces cuando sus mentes crean una pequeña habitación junto a la playa, solo con una cama y un Home Theatre. El paisaje, la calidez de los nacientes rayos de sol los inspira, los relaja… los desnuda. De la playlist comienza sonar la versión de Greg Laswell de de "Girls just want to have fun" Nada más se necesita. Elia se arquea de placer mientras, sobre ella, Paul hace lo suyo. Y sí que sabe lo que hace.
Suena "The Poet" de U137.

Después de un oral, no basta solo tener sexo... hacen el amor. Tan lento como un angel se convierte en un demonio, tan puro como la risa de un niño, tan placentero como no tener preocupaciones y ser libre, tan infinito como un deseo.

Paul –Siempre me dijeron que no existían los finales felices en el mundo real.
Elia –Entonces tenemos suerte de no estar en el mundo real. Dice mientras se acerca para besarle la frente.