lunes, 27 de julio de 2015

Pupilas

Este día comenzó… diría como siempre, pero sería mentirles. Me despedí de mi novio, tome el desayuno e hice una llamada. Al colgar el teléfono, una vieja herida volvió a abrirse. Recuerdos de hace unos pocas lunas volvían a mi mente de manera tan vivida que me aterraba.

Entre mis discos busque uno que sirviera de “soundtrack” para éste momento y encontré “Parachutes” de Coldplay. Perfecto.

Me recosté en mi cama a intentar dialogar con mi subconsciente, pero al parecer mis recuerdos gritaban demasiado fuerte como para poder oírla. Todo esto surgió a raíz de una reunión de hace cinco días; estaba a punto de emprender un viaje hacia otro país, planeaba quedarme, empezar de nuevo. –Soy joven, puedo hacerlo pensé–. La respuesta de mi familia fue – ¿es que acaso tu nos odias? –que egoísta eres –solo piensas en ti –no te falta nada como para que pienses en abandonarnos ¿o sí? –fuiste una buena niña, pero estas a punto de arruinar nuestras vidas ¿es eso lo que quieres? Porque eso es lo que parece.

Yo solo me preguntaba – ¿ser mayor de edad ya no cuenta? En el momento en que mi madre anuló el boleto de avión me di cuenta de que vale verga la edad.

Como toda una chica “madura” pasé el resto de la noche y parte del siguiente día entre lágrimas (dándole la razón a mi familia). Cuando sentí que mis parpados estaban a punto de sangrar decidí que debía descansar un poco, me dolía la mandíbula y la cabeza.

Aunque nada de esto tenia importancia en el mundo real, cambiaba todo en mi mundo. Las promesas que hice, las citas que tuve que cancelar, el trabajo de perdí, la cama que dejé vacía, las expectativas que asesiné súbitamente… fue cuando empecé a cuestionarme a mi misma ¿era yo la mala en todo esto? No lo sé, pero así me sentía.

Patético lo sé, pero ya me hacia la idea de vivir en otro lugar y empezar de nuevo,  mi error fue buscar aprobación en los demás. Las personas que esperaban algo distinto de mí, decían –es tu decisión. –no te preocupes por el dinero. –si puedes. –yo te ayudaré en todo lo que necesites.

Cualquier decisión que tomase decepcionaria a alguien. A mi madre o a mi novio, a mis abuelos o a mi hermana de otra madre.

Con vestimenta desenfadada de los domingos, llamé a la puerta de mi vecino –Hey  ¿cómo estas Annie? –Bien. Me acerqué a él hasta poder apreciar bien sus pupilas –Haha, clama ¿qué haces? –Dicen que las pupilas se dilatan un poco cuando vez a alguien que te gusta. – ¡Demonios! Ahora lo sabes. Dijo sarcástico, pero no con intenciones de burlarse  –vi tus pupilas... ahora, hazme tuya. –Con mucho gusto. Me cargó y me llevó al sofá. Por ahora solo somos amigos (con beneficios), pero hay algo en él que me tranquiliza y me ayuda a pensar con claridad.

Algo estaba roto dentro de mí hace unas noches, casi pude sentir como mi alma dejaba el cuerpo. Pero abrí los ojos rápidamente como diciendo. ¡espera! Si puedo hacerlo, saldré de esta situación, tal vez no hoy pero lo haré.


Esa sensación sigue dentro de mí, pero no es más que un pequeño demonio que morirá en poco tiempo. 



sábado, 18 de julio de 2015

Amuleto mágico

Hay cosas que son maravillosas solo en nuestra imaginación… porque puedes retroceder, cambiar, girar, transformar, destruir, volar, amar, odiar, matar, reír, llorar, gritar… y al despertar podrás guardarlo como recuerdo, pero difícilmente podrás describirlo en palabras.

Cada vez que me asomo por la ventana me digo a mi misma –esto me gusta, porque es lo que conozco. Pero ¿cómo sería si estoy alguna vez cambia?... eventualmente me mudaré y cuando eso pase suspirare porque se lo que quiero, se exactamente lo que quiero. Lo quiero a él y quiero eso que me aterra tener porque no sé si lo logre de la manera que tengo pensado.

Seguramente será mejor, tal vez no. Pero no me importa siempre y cuando tenga vista para poder ver todo lo que hago y memoria, para no olvidar nada. Ni lo bueno ni lo malo, quiero recordar todo lo que me hizo ser lo que seré.

Como alguna vez me dijo el silencio “El cielo y la luna siempre serán los mismos, solo que lo veras desde otra perspectiva. La situación cambia contigo y tú haces el cambio”.

El miedo y el dolor son psicológicos, decían. No sé si sea cierto, de la manera que sea, aquellos dioses del mal no gobernaran el olimpo de mi vida.

Escucho la versión acústica de “Across the ocean” de Our Last Nigth, una banda que cuando empecé a escucharla era poco popular, pero muy buena, ahora han surgido con su buena música. Y así pasa con aquellos que desean mucho algo, lo logran.

Puede que sea inexperta, extraña en este mundo paralelo al que no estoy acostumbrada pero “a todos los grandes artistas los rechazan antes de que los acepten” tal vez no aplica en mi caso en este momento, pero seguramente si es el caso de alguno de ustedes. La verdad es, que todos nosotros somos extraordinarios en algo, tenemos un “superpoder” si en este momento se están negando a este hecho, piénsenlo bien. Que no lo veas no quiere decir que no exista.

Ahora imaginen que son grandes músicos, arquitectos, escritores, gamers  – ¿por qué no?  – van a una entrevista de trabajo y es el que siempre han deseado. Buena paga, una empresa de renombre, grandes personas trabajan o han trabajado ahí; lo deseas más que nada. Y lo que no cabía en tu mente, sucede, pronuncian aquellas típicas palabras –te llamaremos. Con un tono desabrido y despectivo. Inmediatamente tu animo cambia, te desmotivas. Es ahí cuando debes pensar que eres un gran artista y que no te rendirás, buscaras otra puerta abierta, estarás dispuesto a entrar y  no tendrás miedo de hacer algo extraordinario en tu vida.

Cuando tu objetivo es más grande que el miedo a fallar, todo es posible. Casi es magia, sentir que eres lo que siempre quisiste. Guardando todas las experiencias en una cajita, una guitarra, una cuaderno, en tus manos o unas botas mágicas que siempre te llevaran donde tu imaginación nunca pudo.


Nacimos para ser felices, no para ser perfectos.




martes, 14 de julio de 2015

Helena y Chester

Son las 0:51.

Helena y Chester acaban de abandonar sus casas para iniciar una vida nueva juntos, piensan que cualquier cosa es mejor que volver a su vida cotidiana. Así fue como los jóvenes comenzaron una vida bohemia, en la que trabajaban de lo que sea para poder pagar las cuentas. Estafas en parques de diversiones, camareros, strippers y hasta masajistas eróticos, nada serio.

Una noche ambos estaban recostados en su amplia alfombra de su espacioso estudio. Solo existiendo; mirando cómo se oscurecía el techo por el pasar de las horas. Suena el timbre, acto seguido, nadie atiende. Siguen tocando hasta el cansancio y nada sucede. Pocos minutos después se oye un cristal caer, uno grande, quizá un espejo o una gran lámpara. Gritos y patrullas aturden a los vecinos y angustian a los niños, sin embargo, la pareja lo ignora.

1:55. –Vamos a salir. Propuso Chester. –Está bien, iré a cambiarme. Respondió Helena

Los chicos salen y una tempestad envuelve sus alrededores, curiosos, bomberos y paramédicos tratan de ayudar a los vecinos de los jóvenes, pero no lo logran a tiempo. Ellos como si nada, pasan por un lado y buscan un buen sitio para comer. Terminan su cena y vuelven al departamento, aún quedan unos pocos curiosos en el pasillo comentando el suceso.

Chester se dirige hacia el baño –Me voy a duchar.  –Disfrútalo. Respondió Helena –Ven conmigo. –Tranquilo tigre, acabamos de comer. –No te hará daño, relájate. –Iré cuando el agua se caliente cariño. –Pero ¿cómo? si no tenemos calentador. –Exacto. Ambos sueltan una carcajada.

Llaman a la puerta.

Helena deja lo que estaba haciendo – ¡Voy a ver quién es y te acompaño a la ducha!  – ¡De acuerdo!

Helena abre la puerta y antes de poder hablar o hacer cualquier expresión, recibe un disparo a quemarropa que la mata en el acto. – ¿Qué fue eso? Dice Chester a lo lejos.
Sale de la ducha, se coloca una toalla y lo primero que ve al salir, es a su chica ensangrentada en el suelo con un sobre sus labios.

Chester en shock lo único que es capaz de hacer es soltar un grito mudo, sus venas se marcan y su cara comienza a enrojecerse a medida que las lágrimas salen como si de in grifo abierto se tratara. Llama al 911 mientras reúne valor para leer la pequeña carta en un sobre negro mate. Cuando la operadora pregunta por su emergencia él titubea al leer el contenido y cuelga el teléfono.

“Lo de ayer fue una advertencia. Imaginé que no prestarían atención ¿esto fue suficiente para tener tu atención Chester?”

Reconoció la letra enseguida. Era un viejo amigo con el que vendía drogas en su vecindario, todos los negocios los hacían juntos, querían expandirse por toda la ciudad. Hasta que él conoció a Helena y dejó el negocio de las drogas, dejando a Trev por su cuenta.

Después del funeral de su novia, toda la familia de la chica los despreciaba más de lo que ya lo hacía, su propia la familia imaginaba que él la había llevado a eso. –y en parte era verdad–

Trev era bueno, pero no era muy cuidadoso. Chester se concentró en un mes más de lo que se había concentrado en sus 22 años, para exponer a la policía todas las pruebas que necesitaba para atrapar a todo el cartel de Trev. Que no era muy amplio, se conformaba de menos de ocho personas.

Una mañana, Chester llegó a la policía con un maletín lleno de pruebas, direcciones, nombres y números. Atraparon a Trev y a todos los demás, sin embargo eso no le devolvería a Helena.

La noche de ese mismo día, él sintió un peso extra en la cama, abrió los ojos y dio un respingo. Esta impresionado de lo que estaba viendo – ¿Cómo es posible que estés aquí cariño? Oh por dios, te he extrañado tanto, bésame, no te alejes, no me dejes. –Cariño yo no volví contigo, tu viniste a mí. – ¿a qué te refieres? –Estas muerto querido. –Pero estamos en nuestra cama, en nuestro departamento. – ¿Recuerdas cuando nos preguntábamos si la muerte se asemejaba a dormir eternamente? Decía mientras buscaba acomodo en el pecho de su novio y ambos miraban al techo imaginando que era el cielo –sí, lo recuerdo. –Ahora lo sabes cariño, ahora podemos cruzar la luz juntos. – ¿No la has cruzado?... me esperaste. –te esperaría hasta el fin del mundo.





sábado, 11 de julio de 2015

Alcohol, música y chocolate

¡Hola chicos! soy Annie. Ayer mi primo cumplió 18 años y pues, la celebramos a lo... no tan grande, sin embargo, jugamos un pequeño torneo de beer pong y cuando se acabó la cerveza pues solo quedó improvisar con los licores que no se habían terminado.  –Mala idea–. Obvio que no faltó el hombre que quería sexo o una chica de una noche y para eso protagonizó el papel de ilusionista… ¿buena idea no? Lo más divertido es que si lo logró, con la típica chica inocente que no falta en las fiestas.

Al final de la noche ya había visto a los amigos de mi primo emborracharse, a varios encerrarse en el baño (if you know what i mean), a un par besarse y yo… sentada viendo como surten efecto las hormonas en ellos. Partieron el pastel, nada mejor que uno saturado de chocolate y malvavisco.

Este día ha sido interesante… dormí solo cuatro horas y siento como si hubiese bebido tres RedBull en un vaso gigante. Estoy en el sofá del departamento mi primo, son las 8:00 y obvio, después de acostarse a las 4:00 tras acabarse la fiesta, nadie normal se levantaría cuatro horas después excepto claro ¡ha! Yo. Mi celular estaba cargando en la habitación de mi primo que tenía rastros de resaca con dos adolescentes a un lado, cuyos cuerpos se perdían entre la ropa y las sabanas. Entré cual ninja para sacar mi teléfono y, misión cumplida.

¡oh! Lo olvidaba. Antes de eso, no conseguía nada que hacer y me comencé a preguntar – ¿enciendo la tele? ¿Canto? O podría jugar con las muñecas de mi prima pero no estaba tan desesperada así que, tomé el primer libro que conseguí y ¿cuál era? BOOM nada más y nada menos que los Records Guiness del año 2012. En mi mente solo decía –Dios que acaso ¿nadie va a despertar?

En fin, a las 11:45 aproximadamente uno de los amigos de mi primo salió por la puerta, se despidió como un zombie y mi primo iba más atrás tal vez en un peor estado, juraría que hasta lo vi arrastrar el pie.

Pero bueno eso no fue lo más desafortunado.  

Unos 20 minutos más tarde mi tía hizo su aparición, comenzamos a hablar, hizo el desayuno, comimos juntas, reímos un rato –sí que me hacía falta– y luego me dijo –puedo llevarte a tu casa, pero luego de que vengan a buscar a Liam (mi primo). Que significaba por lo menos cuatro horas más de espera. Al poco tiempo aclaró –a menos que tu papá te venga a buscar. Al oír esas palabras los mismísimos ángeles entonaron su clásico coro. Disfruté el momento que duro unos, dos segundos más o menos. Entonces llamé a mi padre, a mi madre y a mis abuelos. Se preguntarán ¿Por qué no saliste de ahí sola? Pues… solo contaba con la ropa de la fiesta de mi primo y unos tacones que no quería ver ni en pintura.

Eventualmente mis abuelos llegaron al rescate. Y cuando íbamos a la mitad del camino, dijeron que iríamos a comer y yo solo quería que me dejaran en la estación de metro. Pero si caminaba cinco minutos más con esos tacones del demonio, alguien iba a salir lastimado y no me refiero solo a mí. Después de comer y morirme de frio porque ese restaurante parecía estar bajo cero, finalmente salimos y llegué a la misma hora a la que hubiese llegado si esperaba a mi tía. Tal vez hasta un poco más tarde.

Llegue a mi habitación, me quite la ropa no tan perfumada a “party hard” como pensé (por fortuna). Me duché y me acosté para escuchar música mientras leía un poco.


Estoy un poco desecha pero en fin, fue divertido.


jueves, 9 de julio de 2015

Mia en cuatro paredes

19:00.

Mia está en su departamento terminando de transcribir el testamento de un cliente, cuando recibe un texto. – ¿ya analizaste el nuevo caso? Hace días que se lo había enviado por lo que muy confiada respondió –por supuesto y me dio tiempo redactar las normas que me pediste, pasear a mi perro e ir a una conferencia… ¿qué tal tu viaje? –que proactiva señorita Damone. Mi vuelo estuvo bien, sabes que son solo negocios. –solo fueron unas vacaciones fuera del bufete, que afortunado. –te invito a cenar esta noche. –está bien, pero será una reunión de trabajo ¿cierto señor Zemasky? –no prometo nada. Mia se muerde el labio –me alegro.

19:49

Franz pasa buscando a Mia para ir a comer. Una cena ligera y se ponen al día con su trabajo. – ¿Te llevo a tu departamento o no te molesta que te lleve al mío? –¿por qué habría de molestarme?.

Una vez en el lujoso pent house, Mia disimula su mirada. – ¿Te ofrezco algo de beber? –té. –está bien, traeré vino.  –Pero…  – ¡sé que te encantará! Se oye a lo lejos.  

La silueta de las dos copas de vino, casi se desvanecen en una nube de deseos pecaminosos. –hace unas noches soñé que hacíamos travesuras mi señorita. –desearía poder traer a la realidad esas travesuras mi señor. –De solo pensar en sus piernas. Decía mientras deslizaba su mano izquierda bajo la falda de Mia. – ¿Quisiera contarme su sueño? –usted estaba sentada en mi cama cuando llegue de la reunión. Sin ropa y con una mirada que me hacía desearla, me acerqué y comencé a jugar con mis dedos en su entrepierna, luego usted jugaba con los suyos y me provocaba una lujuriosa expresión facial. –Entonces ¿fui una niña mala mi señor? –mala y muy provocativa… me fascina. –usted me causa esa exótica sensación de ser una chica desobediente, pero a la vez yo haría lo que usted me pida.

Él la lleva a su habitación, Mia se acuesta bocarriba y se quita bragas – ¿le apetece? Zemansky capta la indirecta, baja su pantalón, su ropa interior e introduce su miembro en la boca de Mia al tiempo que ella estimula su clitoris. Su garganta es tan cálida, el ritmo lento y hasta el fondo. Ella se queda con el miembro de Zemasky alrededor de unos siete segundos en su garganta, luego lo saca rápidamente. Franz inhala una profunda bocanada de aire mirando a Mia con deseos de más.

Ella interpreta la mirada y con sus bragas improvisa unas esposas. Él se recuesta a su lado y ella con sus manos obstruye la visión de su hombre mientras a horcajadas se coloca sobre él, que por instinto la penetra, al no esperarse el impacto, Mia se inclina ligeramente hacia arriba pero enseguida vuelve a lo que hacía, se desliza hacia adelante y hacia atrás cuidando de no lastimar su pene y aun así causarle placer. –Es una tortura no poder verlo, pero a su vez es una placer sentirla sobre mí... como entro en usted.

Sin razón aparente la chica para, desata a Franz, se despoja de toda prenda y se coloca en cuatro frente a él. –lo que venga lo dejo a su creatividad mi señor. Ella no se imagina lo que le espera.

Zemasky introduce dos de sus dedos la vagina de Mia, fuerte, se podría decir que hasta un poco violento y cuando ella está por retorcerse de placer, él con su glande roza la vagina de Mia haciendo un leve intento de entrar, fallando apropósito para restregarlo contra su clítoris. Cuando la escucha ahogar sus gemidos desesperados la penetra con gran fuerza – ¡ah! Grita Damone por aquella embestida. Él continúa penetrándola de forma un poco más suave mientras desliza sus manos por la espalda de Mia e introduce un dedo en la boca de la chica, que calla sus gemidos para chuparlo. Franz ejerce su rol de dominante colocando a la chica sobre él con las piernas muy abiertas y penetrándola rápida, violentamente.

De manera sorprendente ambos llegan al orgasmo al mismo tiempo. Los gemidos desinhibidos de Mia y esa exhalación característica de Franz al llegar al orgasmo.

El cansancio, sus piernas debilitadas, el placer, tal vez hasta un poco mareados, caen dormidos en cuestión de minutos.

A la mañana siguiente...

7:18

Franz, acompañado de una caricia dice –Despierte señorita Damone, debemos ir a trabajar.