lunes, 23 de noviembre de 2015

Olvídame

Es tarde, para una disculpa, para mirar atrás, es tarde para arrepentirse. No se puede no estar adolorida. Tal vez hubo un primer amor que nunca se olvida y un único amor que no se quiere olvidar.

El olvido es, algo inevitable en la medida en que eso, esa, aquella persona haya influido o no en tu vida. Ya no sé realmente, desconozco si lo que he hecho ha sido un error. Dije cosas que quería decir cuando pensé que yo ya no representaba gran cosa en su vida, entonces vino a mí con sus palabras de amor, haciéndome enloquecer, dándome la razón ¡¿por qué demonios me daba la razón?!

Sonaba tan sincero y yo me sentía tan equivocada, cada palabra que salía de mi boca parecía cada vez más absurda. La vida sin él es… una vida sin él se resume en recordar, reír, llorar, cantar, imaginar y muchas otras cosas, que no pueden expresarse por escrito, cosas que solo entiendes cuando las has vivido. Después que has amado hay dos posibilidades, la primera, superación, la segunda, olvido. La primera es básicamente la aceptación, tomar lo bueno y desechar o reciclar lo malo para convertirlo en algo positivo y qué puede ser más autotorturador que escuchar “Wait” de M83, justo ahora que ya no lo tengo. Que ahora en serio no lo tengo.

¡Maldito dolor!

Maldita debilidad… la segunda… el olvido es la parte más ardua de todo el trabajo, primero están todas las vivencias frescas en tu mente, que debes guardar y acallar, hacer las paces con ellas y declarar la paz antes de iniciar una guerra contigo mismo. Luego amoldarte a tu nueva vida y seguir adelante ¡sigue adelante!

Tal vez no lo necesitaba, pero lo quería, lo quería en mi vida con todas sus estupideces y también con mis estupideces.

No fue suficiente, nunca lo fue y he aquí un 11 de la escala del dolor del 1-10 es casi poética la manera en que todo esto ha resultado como consecuencia de nuestra loca fusión. Loca, pero era nuestra, de nadie más.  

Antes ya hubo muchas despedidas que terminaron en una disculpa y un beso, pero al parecer ya no más, esta vez me prometió que no sabría nada mas de él y eso es… en parte sanador, pero por otro lado yo… tal vez hubiese ignorado las palabras que estaban de más con tal y estar con él. Ahora que no lo estoy, comprendo que el dolor y el sufrimiento van de la mano pero no significan lo mismo.

Olvidar, o intentar hacerlo es como besar y desear volver en el tiempo para desconocer lo que pasará a continuación.

Ya no me dijo adiós como en anteriores despedidas, él dijo hasta luego.



Hasta luego.


miércoles, 18 de noviembre de 2015

Te deseo buena suerte

¡Hola! No quiero aburrirlos con una introducción del por qué he escrito tan poco en los últimos meses. (Esto no es la escuela)

Bien, quería comentarles que… joder muchas cosas han pasado. Primero que nada ¡no confíen en sus “amigos”! son unos hipócritas, podemos ser los más serviciales y atentos del mundo pero eso no cambiará su manera de vernos.

Otra cosa sería, la hermosa frase “aceptamos el amor que creemos merecer” de Las ventajas de ser invisible. Es cierto que aceptamos a nuestra pareja con todos sus defectos porque nadie es perfecto, sin embargo hay personas que nos lastiman y nos humillan más de lo que nos quieren (en mi opinión) y son ese tipo de parejas las que no merecemos. Comencemos a creer más en nuestros amigos cuando nos digan que nuestra pareja no vale la pena tantas lágrimas, porque ellos ven lo que nosotros no. Cuando estamos enamorados nos cegamos y no vemos que tal vez la manera de la que nos tratan es denigrante, hablo de la experiencia, nadie me contó lo que vivió.

Te das cuenta que tienes una pareja toxica cuando has dejado de hacer cosas simples como ir a trotar, salir con tus amigas o has dejado de estar con tus hermanos por temor a disgustar a tu pareja.

Las palabras se las lleva el viento, los besos se ahogan en un suspiro, y los recuerdos se pierden en las arenas del desamor.  

Los poetas se quedarían ciegos si leen eso, espero que no lo hagan.

No encuentro la manera de decir que lo extraño y que a la vez me siento aliviada. Lo extraño por todos los planes que hicimos y no cumplimos, pero me siento aliviada porque después de tanto tiempo, al fin comienza a cesar el dolor.

Tantas veces me imaginé sin él y ahora que no lo tengo, desearía haber sido más fuerte para ponerle fin antes.

Ahora, vivan su vida, no permitan que alguien les diga son menos que otras personas, nunca se permitan ser humillados por alguien y mucho menos por alguien que aprecian.

Es lo que más duele.

Asi que suerte
gracias ¿pero a qué te refieres?

desear buena suerte no está demás, nuca sabes cuando alguien la puede necesitar.


lunes, 2 de noviembre de 2015

Kilómetros

Hay cosas en la vida que solo se aceptan. A veces es amor que no nos conviene, a veces aceptamos las condiciones y las reglas de todos los demás. ¿Y qué hay de nosotros? Pues no se decirlo con exactitud, cada quien con su manera de reparar las cosas.

Eventualmente nos aceptamos a nosotros mismos… para mí, esa es una de las pruebas más difíciles de la vida, sin embargo, he aprendido a quererme y a apreciar las cosas pequeñas que veo, oigo, huelo y siento. “No todo lo que brilla es oro” dicen, pero todo lo que brilla crea una ilusión y sensación de esperanza.

No sé si se los había comentado pero suelo trotar más que todo cuando anda mal, la universidad, mi noviazgo, mi familia o algo con mis amigos. Pero no es eso a lo que voy, hoy antes de colocarme mis zapatos de correr y salir, tuve una discusión con mi novio que por muy tonta que hubiera sido ambos pensamos lo mismo, salir. Salir para evitar una pelea con gritos y demás parafernalia, él fue a su restaurante preferido después de pedalear en su bici unos cuatro kilómetros, yo no fui tan lejos.

El jardín es lo suficientemente grande como para trotar con comodidad y más aún cuando ya ha caído la noche. Suelo trotar con mi cachorro acompañándome y hoy noté algo peculiar, mi vecino hacia lo mismo… supe que estaba enfermo, superó el cáncer y no debe salir cuando esta asoleado por un tiempo. Al principio dudé y me dije –pero que falta de originalidad ¡eso es lo que yo hago! Luego puse los pies en la tierra y me corregí –esto no solo lo hago yo, no tiene nada innovador, además él lo hace por mejores razones que yo. Entonces fue cuando pensé –tal vez lo hizo porque me vio hacerlo, inspiré a alguien a hacer algo bueno. Todo eso pasaba en mi mente mientras yo lo veía fijamente –aunque estábamos como a 250 metros de distancia, él en la azotea del Pent House y yo en mi común jardín.

Si, lo podía ver al mismo nivel, mi casa esta sobre una montaña no muy lejos de un conjunto de edificios.

Pero lo mejor pasó cuando me descubrió observándolo. Parecía que de verdad me observaba, se sentía como si estuviésemos a solo pasos de distancia; entonces sonrió y me saludó antes de seguir con su rutina. Comenzó a llover y mi sorpresa al verlo haciéndome señales y luego agradeciéndome con una distinguida seña de juntar las manos y bajar la cabeza.

No lo creía y tal vez aun soy un poco escéptica, pero nada se siente tan bien como servir de inspiración para alguien.

Cuando volví a mi habitación mi novio se disculpó y hablamos de lo que nos hizo enfadar, él comprendió cesó la tormenta en mi cerebro. Luego de cenar y sin más que agregar, me besó, nos acostamos y pues… lo de siempre, coloco su pierna sobre las mías y me tomó por la cadera.

Ese día dormí como una pequeña osa, acurrucada entre sus brazos. Y pensar que hace menos de dos años los kilómetros entre nosotros parecían interminables.