miércoles, 15 de abril de 2015

Verdugo

18:54

Pasan tres días de reposo en el hospital para Val, una ciclista urbana de 21 años que se fractura ambos brazos en un accidente a unas manzanas de su departamento.

Se decide a llamar a alguien del hospital que la ayude con su aseo.

Recepcionista  –solo queda un chico para el servicio de aseo personal. –puta vida… ya que. Casi una hora más tarde, llega un muchacho contemporáneo a su puerta. Toca tres veces. – ¡un momento! La chica abre la puerta como puede.

Momento incomodo.

Se rompe el silencio cuando Chris habla –ammm  ¿comienzo?  Ella responde dudosa –sí. Levanta los brazos en señal de “quítame la blusa” él procede y quita el brasier. Ella desvía la mirada y humedece sus labios. Baja los shorts de la chica y luego su ropa interior. –voy a… Ella no lo deja culminar la oración y responde de manera cortante  –comienza.

El chico recoge sus cosas para irse, ella le sonríe sin ganas y de un portazo lo despide.

Al día siguiente es lo mismo, al siguiente lo mismo y así por tres largas semanas hasta que al cuarto día se alargó su conversación… ella se sentía atraída por él y viceversa. Pronto iban a quitarle los yesos a Val.

La noche antes de la cita médica ella lo invita a pasar, le ofrece una gaseosa y un trozo de pizza. –Yo pensé que íbamos a… Ella se acerca a una distancia pecaminosa de sus labios. –Solo calla y come, no he terminado de ver Game of Thrones, acompáñame. Ella esconde su sonrisa pero él logra descubrirla, le devuelve la sonrisa y ambos bajan la mirada sonrojados.

Termina el primer capítulo de la quinta temporada y su expresión de sorpresa es tan literal que él la toma por el mentón y le cierra la boca.   

Val se levanta del sillón y se dirige hacia el baño. Él toma sus cosas y va hacia la misma dirección.

Ambos en la misma situación de las últimas semanas. –confío en ti, mas no confío en mí en estas condiciones. Él se sienta a su lado y responde –deberías.

Antes de él quitarle la ropa, Val lo rodea con sus brazos enyesados y le besa el cuello, al tiempo que las respiraciones aumentan la velocidad. Chris la levanta, le besa el cuello acompañado de caricias en la espalda.

Momento exacto en el que ella gime de placer, aun con ropa y deseando placer carnal, Chris le dice al oído –eres un ángel más en este mundo, este mundo no te merece.

Ella se queda interrogante al momento que recibe un beso en la mejilla; en fracciones de segundos le corta la garganta. –Los ángeles merecen el paraíso.

Mejor conocido como el verdugo de los angeles, el chico toma todas sus cosas y se marcha tan silencioso e incognito como llegó...




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