Ella se arrodilla y baja su cremallera.
– ¿le molesto si continúo? –proceda señorita Damone. –ya que
se encuentra cansado, procederé de forma lenta y continua. – ¿con sus labios o
con toda la boca? – ¿podría indicarme su preferencia? Él levanta la mirada y
argumenta – ¿por qué no ambos? –Su orden es mi deseo.
Tras unos minutos de un extaciante trabajo oral, Mia se
coloca a horcajas sobre el regazo de su mentor quitando delicadamente su
pantalón. Él introduce su miembro –la obligare a sentarse en repetidas ocasiones
con el movimiento que usted quiera. –no será obligación, ya que estaré
complacida.
Él se levanta y se coloca frente a ella, cargándola y
penetrándola, simulando un salto a la vez que estimula la emoción y placer
dentro de ella. Cansados, jadean, pero quieren aún mas –planteo un 69
invertido, estando parados.
Sin esperar aprobación, continúa. Franz parado normalmente,
la sujeta por la cintura estando de cabeza, mientras ella juega a hacerle cosas
a su miembro y él introduce su lengua en la vagina de Mia, mientras cesa por
unos segundos para besársela. –Señor Zemansky debo admitir que ha superado
mis expectativas. –es su turno de decidir qué haremos después de nuestro 69 acrobático
señorita Damone. –Pues, ya que esta creativo, me gustaría probar algo solo si a
usted le parece mi señor. –con el mayor gusto del mundo. ¿Qué tiene en mente? –
No sé si quiera experimentarlo señor Franz, puede que sea un poco doloroso.
Pero valdrá la pena si de placer estamos hablando.
Él se imagina lo que pasa por la mente de su colega y
acierta. Sexo anal.
Franz – ¿cómo le gustaría que me moviera allá adentro? –en
principio señor, lentamente. Luego la fuerza y velocidad la impondrá usted en mí.
Él se apodera totalmente de la situación, tomando el control
del cuerpo de su amante; sujeta sus nalgas mientras la penetra y unos momentos
después, se inclina para con sus manos tomar sus pechos. –le molesta mi
atrevimiento si yo… ella niega con la cabeza y rápidamente responde –mi señor,
recuerde que estoy a su merced. ¿Por qué he de molestarme? Zemasky procede a estimar con su mano el
clítoris de la chica.
Mia gime fuertemente pronunciando el nombre su compañero
sexual. A la izquierda del sillón hay una mesa de patas largas que sirven de
inspiración para ella. Saca su bufanda del bolso y se la da a Franz –supongo
que sabrá qué hacer con ella mi señor. –por supuesto que lo sé.
Amarra suavemente las muñecas de la chica a la mesa. Antes
de que él se aleje para penetrarla ella lame su cuello en puntos específicos,
aumentando el placer. Franz baja desde sus brazos, besándola, pasando por su
boca y cuello. Se entretiene unos momentos con los pechos… lamiendo sus
aureolas –fuertes gemidos– pasando la lengua por sus pezones, mientras con la
mano derecha hace travesuras en su entrepierna.
Luego desciende dándole besitos desde el abdomen hasta la
vagina, e introduce su lengua haciéndole un buen oral. La chica jadea de
cansancio… y placer. Con un dedo él juega de arriba para abajo; cuando la
siente más húmeda introduce los dos dedos y hace lentos movimientos circulares.
Ella irrumpe con su voz – ¡oh dios mío, que placer tan
increíblemente satisfactorio! Me excita mi señor, y mucho. Él cesa el estímulo
de manera casi súbita para dedicarle una mirada poderosa –esa es la idea
señorita, que sienta mucho placer. – ¿he hecho un buen trabajo mi señor? Franz
le dedica lo que parece ser una tímida sonrisa –ha sido excelente.
El recorrido del miembro dentro de Mia es suave con
movimientos ondulatorios, mientras la mira a los ojos que al igual que los de él,
están rebosantes de excitación. Los gemidos hacen que gradualmente aumente la
velocidad y el movimiento. –Usted si sabe complacer a una mujer señor Zemasky, él
levanta la mirada – eso espero señorita, que lo disfrute demasiado. Sin sacar
su miembro, se inclina masajeando eróticamente sus pechos y lentamente con un
recorrido casi infinito, llega a su boca para besarla al ritmo de lo que
acontece en la parte inferior.
Dando entrada a un tercer orgasmo. Mia cierra los ojos
gimiendo aún más fuerte, definido; él por su parte con un permiso visual, se
corre dentro de ella y cansado se tumba sobre ella. –oh señorita Damone. Ella
no hace más que rodearlo con sus brazos. Con un beso se quedan dormidos hasta
la mañana siguiente.
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