jueves, 26 de marzo de 2015

Besos fantasma

Me encanta ese ruidito que hacen los trastes al cambiar de acorde, me hace pensar en muchas cosas, depende del contexto y mi humor.

19:43.

Esta tarde estaba recordando a ese hombre que me ha hecho suspirar, llorar, desear, amar, gemir y reír como si se hubiese ido, a pesar de que sigue conmigo, pero su estado es: ausente.

Mis pensamientos están revueltos como un cóctel a medianoche. Me duele pero no tanto para llorar; y estoy molesta, pero no lo suficiente como para gritar. Todos los sentimientos explotan en el momento menos indicado –cuando estoy sola, por lo general–.

En mi mente salen a la superficie buenos recuerdos y digo -que estúpida fui- cuando recuerdo los malos. Pero en fin, es una película de mi vida que aun esta por filmarse.

Las lágrimas hacen que mis lentes se mojen y me obstruyen la visión. Una palabra tan dolorosa como un “adiós”. Y una pregunta tan indeseada como -¿estas llorando? La respuesta era sí, pero solo en mi subconsciente habían lágrimas, por fuera solo una expresión facial neutral.

No sé lo que hice y me siento equivocada pero no quiero volver atrás. Volver a ese lugar seria agotador sentimentalmente y destructor psicológicamente. –el banco de lágrimas dejara de hacerme prestamos, lo presiento–.

Es triste caer en cuenta que todo para mí siempre termina inconcluso. “live and let die”. Angus & Julia cantan para mí en un playlist que me hace sentir… siempre hay un nombre para lo que sentimos solo que lo descubro una vez que ya no hay sentimiento puro y divino.

Empecé a monologar en mi impotencia –la vida se va en un parpadeo, ¿quiero saber si te quedarás? Le preguntaba a mi perchero con olor a ignorancia como si de aquel hombre que ha cambiado el rumbo de las cosas se tratara.

Tengo miedo de abrir los ojos.




martes, 24 de marzo de 2015

Sremaerd. Sueño infinito

7:43. Suena el celular de Elia.

Una voz masculina pronuncia en seco las siguientes palabras –es hora de volver al trabajo. Una vez terminada la oración cuelga sin titubear. –Demonios. Dice la chica en un bostezo.

Al llegar a su auto, Rob la toma por el antebrazo –hoy no conducirás. En un abrir y cerrar de ojos ya están en las oficinas de Sremared.

No hubo conversación ni contacto visual, solo compañía. –Buenos días –Buen día Paul. –Te presento a Harry Harris, nos acompañará de ahora en adelante.
Rob mira a Elia como si temiera por su seguridad pero ella de espaldas, ignora la explícita mirada. –Un placer en conocerla, señorita. –igualmente señor Harris. Sin más que agregar, repiten el proceso de hace unos meses, pero esta vez solo Elia y Harry.

Tras despertar, Harry exclama – ¡maravilloso! El planeta dúo es increíble igual que sus habitantes son fascinantes. Todos vuelven a sus computadoras menos Elia. 

– ¿Qué piensas? Preguntó Rob a Elia, sin saber que pensaban lo mismo –Tengo un mal presentimiento pero temo que si lo comparto contigo…  – ¿es acerca de Harry? No confío en él, fue el único presente en el incendio de las oficinas anteriores a estas, perdimos gran parte de la investigación. La conversación es interrumpida por el eco de los gritos de Paul –¡es todo, pueden irse! –perfecto, hablaremos mientras almuerzos. Dice Rob tomándola por el antebrazo.

Una vez en Suflé, el restaurante, ocupan una mesa en una esquina acogedora y lejos de los demás. –Rob háblame de Harris  es un genio de la informática, accede a las cuentas bancarias mas impenetrables solo por diversión –y dinero –por supuesto, además él no hace negocios sencillos ni modestos – ¿eso qué significa para mi? –mas que un dolor de cabeza –¿y para ti? –que debo protegerte, ya mató a varias personas por su ambición, personas como tu. Elia se ahoga con la bebida y mientras se recupera Rob le acerca el expediente de Harris.

Se cubre la  boca intentando disimular su sorpresa –Ha robado 40 bancos en todo el mundo, haciendo que los cajeros “escupan dinero”, envenenó a 300 personas en cuatro meses, escapo de una cárcel de máxima seguridad… oh por dios. –Sí, eso hizo. –fue el que provocó el incendio de la torre S, murieron casi 80 personas calcinadas, entre ellos menores de edad. –ahora entiendes ¿por qué debo protegerte? –a la perfección. Piden la cuenta y dejan en lugar.

Ambos charlan por horas sobre Harris y cómo descubrir lo que planea con ella. Se oye el mismo ruido de la otra noche en el balcón, Rob empuña su arma. –tranquilo, tal vez es Paul ¡escóndete! no pueden saber que estoy contigo. Baja su arma y mira a la chica con una expresión facial que se interpreta como – ¿de qué hablas? – él obedece y se oculta en la habitación de la chica.

Efectivamente, es Paul. Quería lo mismo de aquella memorable noche pero ella no lo deseaba. Paul hizo una llamada y solo dijo –ven aquí. Rápidamente subió Harris por la escalera. –Bastará un poco de esto para hacerte dormir. Dice mientras destapa una pequeña botella con un líquido azul y brillante.

Rob se distrajo leyendo por encima el diario de Elia, sus secretos... sus sueños. Para cuando salió ya se la habían llevado. Inconsciente en una camioneta blindada, se desliza de un lado a otro golpeándose fuertemente sin la más mínima reacción. 

Despierta en un litza, similar a un callejón terrícola rodeada de duonianos preocupados, más atrás los dos hombres encubiertos para confundirla un poco. El flash de la cámara del celular de Harris funde el brazo de un duoniano, delatando así, su identidad. Sin conocer el territorio comienza a correr. Tuwrs lo persiguen, animales tan grandes como un puma y tan pesados como un rinoceronte. Paul grita – ¡no sigas! Harris se detiene y el tuwr lo levanta como si de una pluma se tratara, con una pisada quiebra los huesos de su pierna izquierda haciéndolo soltar un grito desgarrador. Paul entra en pánico, toma un kar y apuñala a la chica para escapar, lo que no sabes que un kar es un arma que funciona con la mente duoniana. De esa manera un habitante furioso le devuelve el ataque haciéndolo caer al suelo con un fuerte dolor en las entrañas.


Elia despierta del sueño muy adolorida pero Paul y Harry… tendrán un sueño infinito. 





jueves, 5 de marzo de 2015

Sin titulo

Se mira al espejo. Contempla su cuerpo unos minutos y súbitamente desvía la mirada –basta. Dice mientras sale de la habitación. Se lava la cara como si de “ahogar sus demonios” se tratara.

Comienza un monólogo de palabras clave –nada coherente, por cierto– tan súbito como desvió la mirada, cerró su boca y silenció sus palabras. Reteniendo las lágrimas, retoma el monólogo. Ésta vez cargado de coherencia y ambigüedad.

–Por qué nadie se toma en serio lo que digo, ¿será por mi tono de voz? ¿Acaso tengo que romper las reglas para resaltar? ¿Por qué?

Ella es como una esponja, absorbe todo lo que hay a su alrededor. Lo piensa, discierne entre lo malo y lo bueno, lo gracioso y lo estúpido… lo cruel y las buenas intenciones. Parece ser una persona correcta, que presta su ayuda cuando puede, que intenta ser lo más paciente posible da los buenos días ¿y para qué?  … para qué. No es tan buena como suelen pensar, su alter ego puede ser mala, malvada si se lo propone, arrogante y poco humilde.

Consejo personal: no despierten a la bestia, solo ella es capaz de controlarse –a veces


Pienso que cada uno de nosotros tiene una bestia impaciente por salir, un monstruo al que apodé Escandescat. Todos alguna vez hemos sentido vergüenza y hemos deseado un botón de “mute” durante un mal día.

Un escenario se materializa en su mente, sin publico, sin banda, solo un faro iluminando el micrófono

Hubo un consejo que la motivó a no rendirse, un beso en la frente alegro su día y un portazo en la cara quebró la idea que tenía sobre ella misma y los demás, quizá, si estaba más sola de lo que creía pero más apoyada de lo que esperaba.

Ha dormido menos de seis horas en tres días. Está frustrada, pero no vencida.
¿Alguna vez has sentido que los que dicen estar ahí para ti se alejan? No desesperes, los que están no siempre son, pero los que son siempre están. Abre tu mente y tus ojos verán un mundo distinto. No perfecto… pero después de todo, nada lo es.


Una sonrisa no siempre es sincera… a veces, es solo cortesía. 



martes, 3 de marzo de 2015

22 secretos

23:04

Comienzo a hacer Zapping en la tv. Y justo en el momento que pulso el botón de apagar, algo se revuelve en mi mente, está buscando algo... y lo encuentra. Una canción, una voz rasposa y masculina. Canto fragmentos intentando recordar el nombre de la canción.

“Hesitate” de Stone Sour.

Oigo covers, remix, canciones que nunca creí que me gustasen de no ser la versión original. Me encanta llevarme una buena sorpresa cuando me equivoco.

Nada complementa mejor una buena canción que una noche en vela.

Electrónica, acústica –alarmas de los autos– screamo, rock, reaggae.

Me hace sentir bien. Ritmos de los 90’ se hacen presentes. Sin coherencia alguna, hago armonías improvisadas.

Paso al talento que empezó solo con una guitarra, una voz y una canción compuesta inesperadamente… perfecta.

“Sex on fire” de KOL.

Excitante. Para esta noche solitaria, esta noche de pecado que nadie podrá presenciar –además de mi– Su voz acaricia mis sentidos y estoy a su merced en un cuarto que sólo se ilumina por la pantalla de una laptop. Audífonos hacen de ésta experiencia algo más personal. –Me muerdo el labio–

Me dejo llevar por la tentación… la voz de Sofia Kalberg. “Crazy in love” –oh si– 3 minutos y 10 segundos de pura fantasía.

Imagino que soy ligera como pluma y con los ojos cerrados, muevo mis brazos como ondas al ritmo de la canción.

Tan solo un verso desvía mis pensamientos a una persona y aunque sé que no me lee frecuentemente. Sabrá que es para él – ¿o no? –


You're my end and my beginning
Even when I lose I'm winning


Escribir ha sido siempre para mí un placer, pero escribir sin música es como besar con los ojos abiertos. Hay secretos que deben permanecer ocultos, pero hay otros que ya no son.. tan secretos.


If you just let me invade your space
I'll take the pleasure, take away the pain


Escribir, 8 letras.
Imaginar, 8 letras.
Música, 6 letras.

Número de la suerte: 22.