domingo, 17 de enero de 2016

Entre el placer y las sombras

 Escuchando “Supersonic” de Oasis en alguna parte de Londres estaba Victoria, una chica rebelde que no es lo que parece. Es la más brillante de su clase, domina a la perfección 8 idiomas incluyendo mandarín. Siempre estaba buscando algo nuevo que aprender, los momentos comunes, no lo eran para ella. Un día se detuvo a ver las sombras estáticas que con el pasar de los autos cobraban vida por unos segundos.


Si estabas ahí en el momento indicado verías una coreografía inanimada y sin gracia que te transportaba al mundo de lo absurdo… donde literalmente todo es posible.

Damien estaba allí también, una madrugada cualquiera. Él chico se escapaba a fumar de vez en cuando. – ¡Oye tú! Llegué primero aquí, debes irte. Ella se levanta – ¿quién lo dice amiguito, tu mamá? Podemos compartir. Deja de fumar esa porquería te dará cáncer idiota. –Lo dice la que tiene cara de adicta. Ella se levanta –soy una adicta a las novelas policiales, al silencio nocturno y a lo indescifrable y me enorgullezco de ello. –aquí tienes todo eso y más ¿por qué mirar los autos pasar? –no veo eso chico listo y no tengo porqué darte explicaciones. Nos vemos. Él la mira con desprecio e intriga a la vez.

Pasan pocas noches antes de que vuelvan a cruzarse sus caminos. Café Molly Polly 9:00. Todas las mesas estaban ocupadas pero algún lugar ella conseguiría. – ¡Tú! Chico que fuma, nos vemos otra vez. Ya que somos íntimos amigos, desayunaremos juntos. –No, yo me voy a penas termine mi café. –Está bien por mí, me llamo Victoria por cierto. –apenas se miran– Él discretamente la ve detrás de los mechones azules que cubrían su rostro. –Me llamo Damien. –lo sé, eso dice en tu encendedor, no pareces homosexual así que supuse que era tu nombre. Sin querer, él suelta una ligera carcajada. –Hoy habrá un tributo a Oasis en un bar un poco lejos de aquí ¿quieres venir? –Eso no se pregunta Damien ¡es Oasis! ¿a qué hora pasará el chofer por mí? –haha no me hagas reír.  – ¿21:00? Perfecto. –yo no he dicho la hora. –yo sí, hasta entonces.

20:55.

Llega un taxi y enseguida tocan el timbre. De detrás de la puerta sale una chica que parecía haber secuestrado a la anterior y suplantarla. –Wow te ves hermosa. Susurró torpemente el chico. –Tú no te ves nada mal chico que fuma.

En el trayecto se toman de las manos, se sonríen torpemente y ella se muerde los labios esperando lo inesperado. Él transpira como loco pero logra disimular sus nervios.

La primera canción del tributo es “Stand by me” el resto se convierten en soundtracks de lo que está ocurriendo entre los desconocidos que hacen el papel de conocidos. – ¿te pido algo para beber? –ginebra por favor. Mientras se aleja prepara el típico discurso cursi para ligarse a la chica y cuando está de vuelta comienza “All around the world” y Victoria ya no está. Él inesperadamente se siente mal por ello, la sigue buscando. 38 minutos más tarde y cuatro tragos encima siente que lo toman por la cintura. No hace el más mínimo esfuerzo por saber quién es, podría ser cualquier chica ebria, ya están cerrando con la última canción.

De pronto las manos en la cintura de Damien le hacen caricias, los labios de la chica besan su cuello tímidamente “Because maybe you’re the only one that saves me…” –Te busqué por todas partes. Victoria se encoge de hombros –No buscaste entre las sombras. Aparta el cabello de la cara de la chica –estás loca. Se acerca a milímetros de sus labios mientras él hace caricias prohibidas bajo su blusa –lo sé. Liberan todo aquel deseo reprimido a través de un beso “and after all you’re my wonderwall”.