miércoles, 23 de diciembre de 2015

Vincent

A Conan todo le salía bien, era excelente estudiante y magnifico deportista. No pertenecía a un solo grupo, pertenecía a donde él se sentía cómodo y eso mis amigos, es lo que hace que la gente te ame o te odie. No puede existir uno sin el otro ¿no?

Hace unos tres años conoció a una chica. Jamie era la típica chica ingenua e inocente del pueblo. Ella estaba enamorada, él también lo estaba solo que no lo sabía él día de la graduación.

Un dìa antes de la graduación Conan estaba abrumado por salir de su zona de confort, estaba muy confundido. Dijo más incoherencias de lo normal ese día; quiso arreglar las cosas con su exnovia, pero su orgullo lo consumió… al igual que el alcohol.

Jamie quedó devastada, Conan simplemente fue a perseguir una nueva meta.

Él creyó que era lo correcto. Hasta que una noche tomó la decisión de dormir en la azotea del edificio donde vivía, mirando las estrellas, estaba ebrio por primera vez después de la graduación. Lo suficiente como para recrear su alrededor, que había pasado de ser una terraza acogedora a un techo con un hombre desesperanzado sobre él. Se levantó, sus piernas y brazos se sentían increíblemente ligeros, su vista examinaba las estrellas en cámara lenta. Buscaba respuestas, pero no sabía dónde hallarlas.

Habían pasado un par de años y Jamie ya tenía una nueva pareja, una nueva vida, había empezado a estudiar periodismo. Aunque eran las pruebas finales no estaba preocupada en lo absoluto por sus notas, ya eran excelentes. Salió a dar un paseo fuera de los dormitorios, queria alejarse un poco.

Subió a su auto, salió del campus esperando encontrar algo que la distrajera. Iba a unos 90 km/h pero los árboles se alejaban lentamente y las estrellas parecían estáticas, la luna, fiel como siempre la seguía a donde iba, recordó aquel día que sus padres invitaron a su novio a ir a la playa y cuando estaban regresando ya eran pasadas las 22:00, ella se recostó en el regazo de su novio viendo las estrellas, era cuarto menguante, luego se dio la vuelta para ver a su novio y vio la cara de Conan. 
Frenó repentinamente llevando todo su cabello hacia adelante. – ¿Por qué ahora? Recordó su última discusión.

Pisó fuerte el acelerador para terminar esto como debió haber sido desde el principio. Ella esperaba que Conan no se hubiese mudado desde la última vez que supo de él. En la radio sonaba “Warm Shadow” de Fink.

Conan comenzó a seguir a la luna balbuceando algo sobre el camino que había escogido para vivir su vida. Jamie ya estaba en el lugar, frente al volante, mirando fijamente los botones del intercomunicador, intentando no equivocarse demasiado para no despertar a los vecinos de su exnovio.

Salió del auto inhalando una enorme nube de valor. Por fortuna, el apellido de Conan estaba al lado del botón de su piso. El último piso de un pequeño edificio de cinco pisos.

Presionó el botón.

Pasaría un tiempo antes de que Conan pudiese responder a la puerta, eran casi las 2:00 Jamie asumió que él dormía y dejó de intentar. Justo antes de marcharse un hombre abre la puerta – ¿qué busca a esta hora señorita? –Oh, disculpe yo solo quería hablar con un viejo amigo, seguramente escogí la peor hora para venir. Quitó los seguros del auto –Espere, si es importante puedo ayudar ¿a quién busca? Ella se acerca y señala –Vincent. – ¡oh! Conan Vincent, un empresario poco común… si, suele pasar más tiempo en la azotea que es su propio departamento, déjeme echar un vistazo—Se oye un fuerte y destructivo golpe muy cerca de ellos, vidrios rotos, metal abollado.

Jamie ve a Conan adolorido sobre su auto. Grita despavorida y el conserje llama una ambulancia. –Oh por dios ¿qué es lo que te pasa? ¡Yo solo quería hablar contigo! Tose un poco antes de responder –Estoy un poco ebrio, gracias a dios que tenía esa reserva de vodka, si no estaría agonizando de dolor… en fin, mientras llega una ambulancia, dime ¿de qué querías hablar? Ella se sienta a su lado –Cuando me dejaste ¿lo hiciste porque estabas aburrido?  –lo hice porque tenía miedo. – ¿qué? –Tenía miedo de que fueses a madurar y te dieras cuenta del patán que soy. –Supe que eras un patán desde antes que no hiciéramos novios, yo te amaba como eras. Él comenzó a llorar –Decidí dejarte porque creí que merecías algo mejor –Tú eras lo mejor, eras divertido, solo me hiciste llorar cuando me dejaste, tú me hacías sentir importante y amada. –Eres importante y nunca dejé de amarte Jamie.

Llega la ambulancia y se lleva a Conan directo a emergencias. Jamie se queda sin palabras, sus recuerdos venían a su cabeza tan vívido como el día que sucedieron.


–Yo tampoco dejé de amarte.


lunes, 23 de noviembre de 2015

Olvídame

Es tarde, para una disculpa, para mirar atrás, es tarde para arrepentirse. No se puede no estar adolorida. Tal vez hubo un primer amor que nunca se olvida y un único amor que no se quiere olvidar.

El olvido es, algo inevitable en la medida en que eso, esa, aquella persona haya influido o no en tu vida. Ya no sé realmente, desconozco si lo que he hecho ha sido un error. Dije cosas que quería decir cuando pensé que yo ya no representaba gran cosa en su vida, entonces vino a mí con sus palabras de amor, haciéndome enloquecer, dándome la razón ¡¿por qué demonios me daba la razón?!

Sonaba tan sincero y yo me sentía tan equivocada, cada palabra que salía de mi boca parecía cada vez más absurda. La vida sin él es… una vida sin él se resume en recordar, reír, llorar, cantar, imaginar y muchas otras cosas, que no pueden expresarse por escrito, cosas que solo entiendes cuando las has vivido. Después que has amado hay dos posibilidades, la primera, superación, la segunda, olvido. La primera es básicamente la aceptación, tomar lo bueno y desechar o reciclar lo malo para convertirlo en algo positivo y qué puede ser más autotorturador que escuchar “Wait” de M83, justo ahora que ya no lo tengo. Que ahora en serio no lo tengo.

¡Maldito dolor!

Maldita debilidad… la segunda… el olvido es la parte más ardua de todo el trabajo, primero están todas las vivencias frescas en tu mente, que debes guardar y acallar, hacer las paces con ellas y declarar la paz antes de iniciar una guerra contigo mismo. Luego amoldarte a tu nueva vida y seguir adelante ¡sigue adelante!

Tal vez no lo necesitaba, pero lo quería, lo quería en mi vida con todas sus estupideces y también con mis estupideces.

No fue suficiente, nunca lo fue y he aquí un 11 de la escala del dolor del 1-10 es casi poética la manera en que todo esto ha resultado como consecuencia de nuestra loca fusión. Loca, pero era nuestra, de nadie más.  

Antes ya hubo muchas despedidas que terminaron en una disculpa y un beso, pero al parecer ya no más, esta vez me prometió que no sabría nada mas de él y eso es… en parte sanador, pero por otro lado yo… tal vez hubiese ignorado las palabras que estaban de más con tal y estar con él. Ahora que no lo estoy, comprendo que el dolor y el sufrimiento van de la mano pero no significan lo mismo.

Olvidar, o intentar hacerlo es como besar y desear volver en el tiempo para desconocer lo que pasará a continuación.

Ya no me dijo adiós como en anteriores despedidas, él dijo hasta luego.



Hasta luego.


miércoles, 18 de noviembre de 2015

Te deseo buena suerte

¡Hola! No quiero aburrirlos con una introducción del por qué he escrito tan poco en los últimos meses. (Esto no es la escuela)

Bien, quería comentarles que… joder muchas cosas han pasado. Primero que nada ¡no confíen en sus “amigos”! son unos hipócritas, podemos ser los más serviciales y atentos del mundo pero eso no cambiará su manera de vernos.

Otra cosa sería, la hermosa frase “aceptamos el amor que creemos merecer” de Las ventajas de ser invisible. Es cierto que aceptamos a nuestra pareja con todos sus defectos porque nadie es perfecto, sin embargo hay personas que nos lastiman y nos humillan más de lo que nos quieren (en mi opinión) y son ese tipo de parejas las que no merecemos. Comencemos a creer más en nuestros amigos cuando nos digan que nuestra pareja no vale la pena tantas lágrimas, porque ellos ven lo que nosotros no. Cuando estamos enamorados nos cegamos y no vemos que tal vez la manera de la que nos tratan es denigrante, hablo de la experiencia, nadie me contó lo que vivió.

Te das cuenta que tienes una pareja toxica cuando has dejado de hacer cosas simples como ir a trotar, salir con tus amigas o has dejado de estar con tus hermanos por temor a disgustar a tu pareja.

Las palabras se las lleva el viento, los besos se ahogan en un suspiro, y los recuerdos se pierden en las arenas del desamor.  

Los poetas se quedarían ciegos si leen eso, espero que no lo hagan.

No encuentro la manera de decir que lo extraño y que a la vez me siento aliviada. Lo extraño por todos los planes que hicimos y no cumplimos, pero me siento aliviada porque después de tanto tiempo, al fin comienza a cesar el dolor.

Tantas veces me imaginé sin él y ahora que no lo tengo, desearía haber sido más fuerte para ponerle fin antes.

Ahora, vivan su vida, no permitan que alguien les diga son menos que otras personas, nunca se permitan ser humillados por alguien y mucho menos por alguien que aprecian.

Es lo que más duele.

Asi que suerte
gracias ¿pero a qué te refieres?

desear buena suerte no está demás, nuca sabes cuando alguien la puede necesitar.


lunes, 2 de noviembre de 2015

Kilómetros

Hay cosas en la vida que solo se aceptan. A veces es amor que no nos conviene, a veces aceptamos las condiciones y las reglas de todos los demás. ¿Y qué hay de nosotros? Pues no se decirlo con exactitud, cada quien con su manera de reparar las cosas.

Eventualmente nos aceptamos a nosotros mismos… para mí, esa es una de las pruebas más difíciles de la vida, sin embargo, he aprendido a quererme y a apreciar las cosas pequeñas que veo, oigo, huelo y siento. “No todo lo que brilla es oro” dicen, pero todo lo que brilla crea una ilusión y sensación de esperanza.

No sé si se los había comentado pero suelo trotar más que todo cuando anda mal, la universidad, mi noviazgo, mi familia o algo con mis amigos. Pero no es eso a lo que voy, hoy antes de colocarme mis zapatos de correr y salir, tuve una discusión con mi novio que por muy tonta que hubiera sido ambos pensamos lo mismo, salir. Salir para evitar una pelea con gritos y demás parafernalia, él fue a su restaurante preferido después de pedalear en su bici unos cuatro kilómetros, yo no fui tan lejos.

El jardín es lo suficientemente grande como para trotar con comodidad y más aún cuando ya ha caído la noche. Suelo trotar con mi cachorro acompañándome y hoy noté algo peculiar, mi vecino hacia lo mismo… supe que estaba enfermo, superó el cáncer y no debe salir cuando esta asoleado por un tiempo. Al principio dudé y me dije –pero que falta de originalidad ¡eso es lo que yo hago! Luego puse los pies en la tierra y me corregí –esto no solo lo hago yo, no tiene nada innovador, además él lo hace por mejores razones que yo. Entonces fue cuando pensé –tal vez lo hizo porque me vio hacerlo, inspiré a alguien a hacer algo bueno. Todo eso pasaba en mi mente mientras yo lo veía fijamente –aunque estábamos como a 250 metros de distancia, él en la azotea del Pent House y yo en mi común jardín.

Si, lo podía ver al mismo nivel, mi casa esta sobre una montaña no muy lejos de un conjunto de edificios.

Pero lo mejor pasó cuando me descubrió observándolo. Parecía que de verdad me observaba, se sentía como si estuviésemos a solo pasos de distancia; entonces sonrió y me saludó antes de seguir con su rutina. Comenzó a llover y mi sorpresa al verlo haciéndome señales y luego agradeciéndome con una distinguida seña de juntar las manos y bajar la cabeza.

No lo creía y tal vez aun soy un poco escéptica, pero nada se siente tan bien como servir de inspiración para alguien.

Cuando volví a mi habitación mi novio se disculpó y hablamos de lo que nos hizo enfadar, él comprendió cesó la tormenta en mi cerebro. Luego de cenar y sin más que agregar, me besó, nos acostamos y pues… lo de siempre, coloco su pierna sobre las mías y me tomó por la cadera.

Ese día dormí como una pequeña osa, acurrucada entre sus brazos. Y pensar que hace menos de dos años los kilómetros entre nosotros parecían interminables.



sábado, 31 de octubre de 2015

Cartas a Evan

Hola Evan.

Supe que tuviste un accidente, tomaré el primer vuelo a Madrid para visitarte. Espero que estés bien. Ah! Y, no creas que olvide contestar tu última carta solo no supe qué decir.

Evan en retrospectiva, siempre fui lo que alguien más quiso o trabajé por lograr aquello que alguien me dijo que podría hacer. En el fondo sabía que aquellas cosas no me apasionaban, en las madrugadas me encontraba leyendo sobre arte y manualidades, repostería y música. Tal vez dirás – ¿pero de qué estás hablando? Tú no eres así. Creo que tal vez me aterraba el hecho de equivocarme y perder a las personas que amo. Uno de mis maestros dijo que “el engaño crea distorsión y a veces conformismo”. Tenía toda la razón.

Sin embargo amo la vida que ahora tengo, no es la que siempre quise pero no todo es como se espera o desea…

¿Recuerdas cuando solía ser una fotógrafa clandestina? He vuelto a serlo y me encanta. Siento que soy más joven y que cada fotografía cuenta una historia, que la música narra mi camino y que los libros me transportan a otra realidad, una fantástica realidad.

Las noches en que gimo al vacío esperando ser víctima del placer ya no están solo en mi imaginación. ¡Finalmente conocí a alguien Evan! Él me desea, se siente a gusto con mi personalidad y no le apena estar conmigo aun en mis momentos más locos en los que ya muchos hubiesen huido sin dejar rastros.

El secreto no es ser perfecto para nadie, ni siquiera para ti mismo, el secreto en realidad es que no hay secreto o perfección alguna. Cada uno de nosotros tiene su propia fórmula para la felicidad, en ocasiones dicha fórmula incluye errores para enseñarnos a levantarnos y seguir adelante sin importar el pasado.

Pronto empezaré un proyecto, espero que puedas verlo sin que la distancia o el clima represente algún problema para nosotros.

Nos veremos pronto.

Con cariño, Eliana.






miércoles, 28 de octubre de 2015

48 horas

Ira, pura e innegable ira. Esa sensación que te hace actuar de una manera malvada, las pequeñas cosas ya no te importan, las palabras están de más; el oxígeno y la gravedad son lo único que te mantienen en el mundo.

En mi cabeza todo se siente como fuertes golpes al tiempo que atravieso una marea agitada, no sé cómo sobrevivo, no sé si me siento viva. Siento miedo, nauseas, adrenalina, tristeza pero más que todo ira. 

¡Idiota! ¡Imbécil! ¡Maldita sea, cállate! ¡Ya para de hablar! –Grité como si él pudiese escucharme, ojala si pudiera, lo único que nos comunicaba era un teléfono– Estar tan lejos se ha convertido en un molestia, he llegado a imaginarme sin él, pero luego vuelvo a caer como sumisa a sus pies.

“Tal vez me entregué a la persona equivocada, tal vez doy más de lo que alguna vez recibiré”

Le quitaría las comillas si fuese algo que yo diría pero sería darme mucho crédito, yo no soy la mujer más detallista, ni la más femenina, tampoco la más atenta. Aún cuando lo fui recibí tratos peores, entonces ¿para qué esforzarse?

No puedo comprenderlo, él no es predecible, él es… diferente y eso me encanta, pero no sé hasta cuando pueda soportar esto y yo soy de esas personas que cree que las relaciones no tienen que soportarse, no sería algo espontaneo ni placentero. Pero aquello es solo una opinión más en el mundo ¿no?

Lo triste de todo esto es, que yo si soy predecible.

Estamos en continentes distintos y él supo que mis lágrimas estaban por venir, eso hizo que se escondieran, mis lágrimas no salieron, pero lo único que quería hacer era eso, solo llorar, no emitir ningún sonido, solo dejarlas correr y finalmente tratar de dormir.

Maldita sea.

Caminaba a medianoche por el pasillo estando sonámbula, cuando de pronto la voz de mi subconsciente me despertó de golpe. Entonces el papeleo de mi cerebro comenzaba a organizarse y a tener coherencia de nuevo.

Hace unos meses le dije a Kevin que podía sentirme cómoda estando con dos personas a la vez, bajo el mismo techo y en la misma cama. Dos hombres diferentes con una persona en común, yo. Tal vez menos de 48 horas después aquel pensamiento pasó a ser eso, solo un pensamiento.


Me enamoré de todo lo referente a él, sus ojos, sus manos, su sonrisa, su pene, los recuerdos, las experiencias, el sexo y hasta las discusiones que hicieron de lo nuestro una relación más fuerte. Aun después de discutir me preocupaba por él, parecía que a Mick también le preocupaba. Al poco tiempo ya estábamos admitiendo nuestra inmadurez, riéndonos de lo que había pasado e imaginando aquello que nos convierte en seres tan particulares como un oso alvino en el ártico.


No éramos más que perros ladrando.





martes, 8 de septiembre de 2015

Deja vu

Después de haberlo abandonado me sentí miserable, miré a través de sus ojos aquel dolor que había causado, el corazón que rompí accidentalmente luego de un ataque de ira. Él no aceptaría una disculpa con palabras, sabía que no lo haría.

Entonces fui a su lugar favorito deseando que él estuviese allí, porque sé que allí va cuando algo malo ha pasado.

Nos miramos el uno al otro, como buscando examinar nuestras almas con la mirada… algo magnifico. Casi podía oír la música… nuestra música.

Al cabo de unas horas de silencio, la noche vino a hacernos compañía. Hacia frio, solo se oían los arboles crujir y las hojas caer con el viento. Tétrico, pero su compañía me tranquilizaba. Podía oír a mi subconsciente con claridad, podía oír nuestras respiraciones.

Levantamos la vista hacia el cielo y me sorprendí al ver todo cubierto de nubes  color gris, a penas con rastros del cielo negro y las estrellas. Hubo un momento en que realmente llegué a creer que el cielo era gris y las nubes negras. Baje la vista para no aterrorizarme. Él me miró y ladeó la cabeza. Me abrazó y susurró de manera tan tenue que no estoy muy segura de cómo logre oírlo. Me dijo –no tengas miedo, nada malo va a pasar.

Sin embargo, tenía mis dudas. La melodía imaginaria que casi podía oír se cargaba de suspenso, una melodía como”Sudden Throw” de Olafur Arnalds.

Sentía que la brisa se volvía rasposa, ya no era inocente e inofensiva, era helada y malintencionada. Mi cuerpo se debilitaba cada vez más. Intentaba respirar profundo y calmarme, sin ningún resultado.

En un abrir y cerrar de ojos ya había perdido la noción del tiempo y el espacio. No sabía dónde me encontraba y olvidé mi reloj, mi celular sin batería. No podía distinguir entre realidad y ficción, una sensación de vacío me invade – ¿qué es esto? –se preguntó Ania. – ¿es esto lo que sentiste Damien? … Él sonrió, pero la confusión de la chica solo aumentó.

Despierta sobresaltada de la tina.

Su pareja que la oye desde la otra habitación corre a ver qué sucedió. –¿estás bien Ania? –Damien estas… es decir, estábamos… no estábamos aquí… ¿qué hacemos aquí? ¿Nunca salí de aquí? –no cariño, no has salido de la tina, tal vez te dormiste de nuevo y tuviste una pesadilla. –está bien, tienes razón, tal vez solo estoy exagerando. – no tengas miedo, nada malo va a pasar. – ¡oh por dios! – ¿sucede algo? –deja vu. –tranquila pondré algo de música para que despejes tu mente.


Suena “A Stutter” de Olafur Arnalds.


martes, 1 de septiembre de 2015

Fue divertido

Día 23.

Ser fuerte ya no parece ser suficiente. “¿Tu opinión? ¿Qué es eso?” eso es lo que dice el universo en mi mente.

Por fortuna una excusa para llorar bastará para drenar todas las malas energías. He sido siempre lo que quiero ser –al menos eso creo–. La chica mala, la chica fácil, la rompecorazones, la chica difícil, la chica que quiere complacer a todos, la chica que quiere desobedecerlos a todos.

Quisiera decir que alguien ha visto todas mis facetas… pero ni mis padres me conocen bien. –Lo sé porque no han vivido conmigo gran parte de mi adolescencia. “Tonta puedo ser, pero una soñadora siempre seré”.

De las que siempre sueña con un romance de película, de las que siempre quiere ser la protagonista, la heroína. Y pues, ellas también se equivocan y no dejan de ser magnificas así que ¿Por qué no meter la pata de vez en cuando?

Muchas veces prefiero estar sola que mal acompañada, como dicen por ahí. Me gusta vestirme con camisas de mis bandas favoritas, usar botas y llevar mi cabello con mucho volumen, saludar a desconocidos, ser amable e ignorar a los que no tienen nada bueno para decirme.
No es malo ser diferente y no sentirte parte de un grupo, tal vez solo te llevas bien con una persona de cada grupo y ¡está bien! –Siento que sueno como un libro de autoayuda pero que más da, de algo les servirá–

Ayer subí a mi auto y el camino de casa a la universidad estaba  libre. A las 7:30 la carretera era mía así que puse música y aceleré hasta el máximo –Miento, aceleré hasta los 110 km/h–. No habría podido hacerlo con mi madre de copiloto, o mi abuela, las hubiese matado de un infarto. Afortunadamente, la realidad era otra.

Estacioné, aún faltaban 30 minutos para mi clase así que caminé a un café a unos 100 metros de donde estaba. Entré al baño… vacío y con “Bad Reputation” de fondo. –Contrólate– repetía como un mantra a mis adentros ¡pero no aguanté! comencé a cantar (terriblemente) al espejo. Se terminó la canción, tome mi café y entré a la clase como si nada.



Fue divertido.


sábado, 29 de agosto de 2015

Promesas vacías

Este día comenzó… diría como siempre, pero sería mentirles. Me despedí de mi novio, tome el desayuno e hice una llamada. 

Al colgar el teléfono, una vieja herida volvió a abrirse. Recuerdos de hace unas pocas lunas volvían a mi mente de manera tan vívida que me asustaba. La música es mi mejor escape, por ello recurrí a “Parachutes” de Coldplay. (Otra vez)

Me recosté en mi cama a intentar dialogar con mi subconsciente, pero al parecer mis recuerdos gritaban demasiado fuerte como para poder oírla.

Todo esto surgió a raíz de una “reunión” hace cinco días.

Estaba a punto de emprender un viaje hacia otro país, planeaba quedarme, empezar de nuevo. –Soy joven, puedo hacerlo pensé–. La respuesta de mi familia fue – ¿es que acaso tu nos odias? –que egoísta eres –solo piensas en ti –no te falta nada ¿o sí? –fuiste una buena niña, pero estas a punto de arruinar tu vida.

Yo solo me preguntaba – ¿es que acaso ser mayor de edad ya no cuenta? En el momento en que mi madre anuló mi boleto de avión me di cuenta. Como toda una chica “madura” pase el resto de la noche entre lágrimas, recibiendo gritos y sintiéndome despreciable. Cuando finalmente pensé en dormir un poco, me dolía la mandíbula, la cabeza, sentía que mis parpados estaban a punto de sangrar. Nada de esto tenia importancia en el mundo real, pero cambiaba todo en mi mundo.

Las promesas que hice, las citas que tuve que cancelar, el trabajo de perdí, la cama que dejé vacía, las expectativas que asesiné súbitamente… ya no sabía si yo era la egoísta ¿era yo la mala en todo esto? No lo sé, pero así me sentía.

Patético lo sé, pero ya me hacia la idea de vivir en otro lugar, de trabajar como cualquiera.

Fue entonces cuando las personas que esperaban algo distinto de mi me decían –es tu decisión –no te preocupes por el dinero. –si puedes.

Cualquier decisión que tomara iba a decepcionar a alguien. A mi novio o a mi madre, a mis abuelos o a mi hermana de otra madre. Una noche me di cuenta de que no estoy preparada para dejar lo que tengo aquí, a todos los amo, pero ellos tienen sus vidas y yo la mía, independientemente de lo que yo haga ellos seguirán, con o sin mí. –Eres débil– Puede que lo sea pero ahora que tengo tiempo, no quiero desperdiciarlo.

–Tal vez te aburra verme mirando las nubes mientras imagino que somos infinitos.

–No lo creo.

Algo estaba roto en mí esa noche, casi pude sentir como mi alma dejaba mi cuerpo. Pero abrí los ojos rápidamente como diciendo. – ¡espera! Si puedo hacerlo, saldré de aquí, tal vez no hoy ni mañana pero lo haré. (Eco)


Esa sensación sigue dentro de mí, pero eso no me detendrá. Somos fuertes, solo hay que descubrir aquello que nos molesta y superarlo, ver más allá de nosotros mismos.







martes, 4 de agosto de 2015

No olvides el suéter!

Es de madrugada y las ojeras en su rostro delatan las noches que ha pasado en vela.

Se despierta tres o cuatro veces en la noche… a mirar el pasar de los autos, a ver los edificios hasta que se apague la última luz, a ver series, películas o lo que sea que le ayude a dormir. Su nombre es Sam, un hombre que parece tenerlo todo.

Tiene un hermoso loft cerca de la playa, un estupendo trabajo y un BMW muy bonito. –Domingo por la tarde– se sienta en el balcón pero no ve nada. Parece estar viendo el Crepúsculo, pero en realidad esta tan concentrado en lo que piensa que logra visualizarse con ella, en aquella plaza donde se conocieron aquella noche. –solo un recuerdo. Dijo volviendo en sí, mientras se alejaba del balcón.

Al día siguiente, Leah tocó a su puerta.

Él va hacia la puerta sin muchos ánimos, pero cuando abre – ¡Hola Sam! Que gusto que sigas aquí. Queda boquiabierto – ¡Que agradable sorpresa! Pasa, ponte cómoda ¿quieres que te prepare algo? Un café, lo que sea. –No gracias, estoy bien. Dijo con delicadeza y esbozando una linda sonrisa. –La más hermosa de todas–. Ella se sienta en el sofá y con los dedos roza su cojín preferido. –Me encanta éste cojín, para mi es… –especial. –si ¿cómo lo supiste? –siempre que vienes lo acaricias como a un cachorrito. Ella baja la mirada escondiendo una sonrisa. – ¿qué te trae por aquí Leah? –Me haces mucha falta –Oh, que sorpresa. Pensé que me odiabas por completo. – ¡No!... es decir, no, para nada… yo –suspiró– eres el hombre más complicado que conozco, eres indescifrable. –Es increíble que me hayas soportado tanto tiempo entonces, tú has sido la mujer más maravillosa con la que jamás he estado. –me alagas. –sonara grosero pero ¿a qué vienes exactamente? –Vengo a que me ayudes a recordar – ¿De qué hablas? –Tengo recuerdos borrosos de lo nuestro. – ¿Qué quieres recordar? –Lo más importante –Todo es importante. –Amor. Quiero que me cuentes de cómo nos enamoramos. –Pues, es una historia larga. –tengo tiempo. Él se acomodó en su asiento y ella se acurrucó con el cojín.

Empezó en diciembre de 2011 cuando mucha gente estaba convencida de que en 2012 el mundo se acabaría. Recuerdo que tú y yo siempre discutíamos sobre eso, hasta que un día te invite a dar un paseo en la playa, era casi madrugada, sin embargo aceptaste. De ahí en adelante comenzamos a desayunar juntos, luego a ir a fiestas y después a reuniones familiares.

Me besabas… tu besabas increíblemente. Cada vez que podíamos, viajábamos a cualquier parte del mundo. Yo… recuerdo que al despertar siempre te hacia a un lado el cabello solo para besar tu cuello.  Tú eras mi musa, mi razón de seguir haciendo lo que hago. Recuerdo que antes de cerrar el trato más importante de mi carrera estaba muy nervioso, no sabía si lo lograría. Pero tú siempre estuviste para mí, apoyándome desde la esquina más recóndita del auditorio donde exponía mis propuestas. Cuando estaba a punto de dar mi discurso y presentía que lo iba a echar todo a perder tú me decías “¡no olvides tu suéter!” siempre me hacía sentir un poco más confiado, aunque no sabía exactamente a qué te referías. En fin, tú eras… yo respiraba por ti, cuando salíamos no me cansaba de fotografiarte, tú eras mi razón de existir, si por trabajo tenías que marcharte yo te hubiese esperado meses, ¡años! No puedo olvidar aquel día en que me besaste hasta quedarme dormido.

Todas estas noches me he despertado nomas que pensando ¿por qué se fue? Daría cualquier cosa por un minuto más con ella. Y de pronto, henos aquí.

Ella lloraba como si el mundo de derrumbase a sus pies. Él se sentó junto a ella, entonces Leah se dejó caer en sus brazos y él la acobijaba como una madre a su pequeño oso, cerraron los ojos y durmieron juntos una última vez.

Al siguiente día, ella con el cojín en manos preguntó – ¿puedo llevármelo? –él sin pensarlo respondió. –por supuesto, es tuyo. Ella sonrió y se marchó.

Había pasado una semana desde que eso pasó, cuando Sam se encontró con su amigo Viktor. – ¿qué tal, como va todo amigo? –Confuso Vik –Entiendo… ¿cómo te sientes por lo de Leah? –De qué estás hablando. Viktor se tapó la boca y abrió los ojos muy sorprendido  – ¿No te lo dijo? – ¡¿decirme qué?! –Ve a esta dirección y es mejor que te des prisa. Dijo mientras le escribía en una servilleta la dirección. Sam temblaba, porque conocía a donde lo llevaría esa dirección.


Manejó lo más aprisa que pudo, corrió hasta la habitación de hospital. Y ahí estaba, sujetando con fuerza el cojín, tenia bordado tres letras… S-A-M. Con lágrimas en el rostro al ver a la chica sin color en el rostro y sin signos vitales le pregunta a la enfermera entre lágrimas – ¿pero qué le sucedió? –Estaba muy enferma, le dieron un mes de vida como máximo. Conforme el tiempo iba pasando el dolor iba aumentando exponencialmente, entonces decidió que la pusieran "a dormir". –comprendo. Dijo devastado. – ¿Cuál es su nombre señor? –Samuel Robin –Esto es para usted. Le entregó un viejo suéter que tenia bordadas mil razones para vivir (ahora todo en su mente estaba claro) y un pequeño sobre. Al abrirlo cayo de rodillas en el suelo sin poder calmar su llanto. La nota decía: 

“Gracias Sam, por todo lo que me diste. Por no olvidarte de lo que fuimos y por no juzgarme cuando nos vimos.

 Con amor, Leah".



sábado, 1 de agosto de 2015

Robando paisajes

El radio-despertador suena a las 9:45 perfumando la habitación de Susan, con las inocentes melodías de “Build my baby” de Bright Sparks. –cuando la escuchen sabrán de qué hablo–

Antes de llegar al subterráneo Diego le escribe. –no te apures en salir, estoy en el banco. –Se suponía que nos veríamos a las 11:00 ¡y son las 10:34! Pensó unos segundos antes de escribir –está bien, te esperaré en el centro comercial.

Eran 11:30 y Diego aún estaba en el banco. A las 12 Susan estaba a punto de volver a casa, cuando recibió un mensaje. – ¿Dónde estás? – ¿Tu dónde estás?–no me mates L. Eran las 13:00 cuando finalmente se encontraron. –y ahora ¿qué haremos Susan? –Ir al parque. Al llegar se dieron cuenta de que estaba cerrado. No hicieron más que reírse irónicamente.

Caminaron y caminaron hasta entrar a un edificio de arquitectura peculiar. –Esto parece un laberinto. –Veamos a donde nos llevan las puertas y escaleras – ¿estás loca? –tal vez un poco, pero no tenemos nada que perder y aún es temprano. –sí, estás loca. –Para que esto no parezca tan sospechoso comprare un pie de limón – ¿Qué tiene eso de normal? –nada, pero me provocó y el vendedor es muy guapo. –Susan, podemos ir a otro parque. –no, ya estamos aquí.

Comenzaron a subir las escaleras y la puerta a la que se aproximaban escondía mucha luz. Al abrirla vieron lo que parecía un helipuerto –no sé si podamos estar aquí, Diego. –ya estamos aquí. La vista era increíble, ver las calles por las que siempre habían caminado, el tráfico de las 14:00, los negocios, los otros edificios. Una canción era perfecta para ese momento “Roses” de Lunatic Wolf. Ella sacó sus audífonos y le dio uno a Diego –Solo escucha, siente el momento.

El viento se llevaba sus preocupaciones y la música realzaba su juventud. Tras un largo suspiro fueron a otro edificio en busca de más paisajes, pero algo salió mal. –Diego, no puedo abrir la puerta –te dije que era mejor irnos en el ascensor – ¡no me dijiste nada! Siguieron subiendo las escaleras con la esperanza de que alguna puerta se pudiera abrir desde afuera. Sin darse cuenta llegaron al piso 12. La vista era fantástica. – ¿sabes? Me imagino que no está permitido estar aquí, asi que teóricamente cada foto que tomamos es robada. Sin alejarse de la lente de  la cámara ella responde –entonces nadie debe saber esto, de lo contrario tendré que matarte. Dice esbozando una sonrisa forzada. Diego traga saliva y mira el suelo. –Bajemos ¿sí? El personal de seguridad los estaba esperando y los llevaron abajo para interrogarlos. Se hicieron pasar por una pareja bohemia que solo quería ir al último piso a ver la ciudad desde lo alto. Parecieron no creerles, sin embargo los dejaron ir.

Salieron de ahí rápidamente – ¿te animas a ir a otro? –se te subió la adrenalina porque nos detuvieron ¿cierto Susan? –es probable. –está bien, pero pensémoslo mejor antes de hacerlo. Tras caminar unas trece cuadras en busca del edificio ideal, terminaron sentándose a hablar en una plaza. Las horas pasaban como autos en luz verde. Planeaban su próximo robo. –Tenemos una cámara y muchos edificios a los que podemos entrar –seremos los más viles criminales. Ambos soltaron una carcajada. – ¡oh dios mío es tarde! Tengo que irme Diego. –Yo también, hablemos mientras caminamos de vuelta al subterráneo. –claro. Por primera vez en toda la tarde, se tomaron las manos y no se soltaron hasta que llegó el tren.

Una despedida. – ¡Diego! – ¿sí? – ¿Nuestra misión? –Robar paisajes. Ambos se sonríen y los trenes se ponen en marcha.

Susan muerde su labio pensando en él. Se coloca los audífonos y busca una canción para el momento. Susurra "misión cumplida", al ver las fotos que tomaron.

“Let’s Excavate!” de Bronze – Age Boats



lunes, 27 de julio de 2015

Pupilas

Este día comenzó… diría como siempre, pero sería mentirles. Me despedí de mi novio, tome el desayuno e hice una llamada. Al colgar el teléfono, una vieja herida volvió a abrirse. Recuerdos de hace unos pocas lunas volvían a mi mente de manera tan vivida que me aterraba.

Entre mis discos busque uno que sirviera de “soundtrack” para éste momento y encontré “Parachutes” de Coldplay. Perfecto.

Me recosté en mi cama a intentar dialogar con mi subconsciente, pero al parecer mis recuerdos gritaban demasiado fuerte como para poder oírla. Todo esto surgió a raíz de una reunión de hace cinco días; estaba a punto de emprender un viaje hacia otro país, planeaba quedarme, empezar de nuevo. –Soy joven, puedo hacerlo pensé–. La respuesta de mi familia fue – ¿es que acaso tu nos odias? –que egoísta eres –solo piensas en ti –no te falta nada como para que pienses en abandonarnos ¿o sí? –fuiste una buena niña, pero estas a punto de arruinar nuestras vidas ¿es eso lo que quieres? Porque eso es lo que parece.

Yo solo me preguntaba – ¿ser mayor de edad ya no cuenta? En el momento en que mi madre anuló el boleto de avión me di cuenta de que vale verga la edad.

Como toda una chica “madura” pasé el resto de la noche y parte del siguiente día entre lágrimas (dándole la razón a mi familia). Cuando sentí que mis parpados estaban a punto de sangrar decidí que debía descansar un poco, me dolía la mandíbula y la cabeza.

Aunque nada de esto tenia importancia en el mundo real, cambiaba todo en mi mundo. Las promesas que hice, las citas que tuve que cancelar, el trabajo de perdí, la cama que dejé vacía, las expectativas que asesiné súbitamente… fue cuando empecé a cuestionarme a mi misma ¿era yo la mala en todo esto? No lo sé, pero así me sentía.

Patético lo sé, pero ya me hacia la idea de vivir en otro lugar y empezar de nuevo,  mi error fue buscar aprobación en los demás. Las personas que esperaban algo distinto de mí, decían –es tu decisión. –no te preocupes por el dinero. –si puedes. –yo te ayudaré en todo lo que necesites.

Cualquier decisión que tomase decepcionaria a alguien. A mi madre o a mi novio, a mis abuelos o a mi hermana de otra madre.

Con vestimenta desenfadada de los domingos, llamé a la puerta de mi vecino –Hey  ¿cómo estas Annie? –Bien. Me acerqué a él hasta poder apreciar bien sus pupilas –Haha, clama ¿qué haces? –Dicen que las pupilas se dilatan un poco cuando vez a alguien que te gusta. – ¡Demonios! Ahora lo sabes. Dijo sarcástico, pero no con intenciones de burlarse  –vi tus pupilas... ahora, hazme tuya. –Con mucho gusto. Me cargó y me llevó al sofá. Por ahora solo somos amigos (con beneficios), pero hay algo en él que me tranquiliza y me ayuda a pensar con claridad.

Algo estaba roto dentro de mí hace unas noches, casi pude sentir como mi alma dejaba el cuerpo. Pero abrí los ojos rápidamente como diciendo. ¡espera! Si puedo hacerlo, saldré de esta situación, tal vez no hoy pero lo haré.


Esa sensación sigue dentro de mí, pero no es más que un pequeño demonio que morirá en poco tiempo. 



sábado, 18 de julio de 2015

Amuleto mágico

Hay cosas que son maravillosas solo en nuestra imaginación… porque puedes retroceder, cambiar, girar, transformar, destruir, volar, amar, odiar, matar, reír, llorar, gritar… y al despertar podrás guardarlo como recuerdo, pero difícilmente podrás describirlo en palabras.

Cada vez que me asomo por la ventana me digo a mi misma –esto me gusta, porque es lo que conozco. Pero ¿cómo sería si estoy alguna vez cambia?... eventualmente me mudaré y cuando eso pase suspirare porque se lo que quiero, se exactamente lo que quiero. Lo quiero a él y quiero eso que me aterra tener porque no sé si lo logre de la manera que tengo pensado.

Seguramente será mejor, tal vez no. Pero no me importa siempre y cuando tenga vista para poder ver todo lo que hago y memoria, para no olvidar nada. Ni lo bueno ni lo malo, quiero recordar todo lo que me hizo ser lo que seré.

Como alguna vez me dijo el silencio “El cielo y la luna siempre serán los mismos, solo que lo veras desde otra perspectiva. La situación cambia contigo y tú haces el cambio”.

El miedo y el dolor son psicológicos, decían. No sé si sea cierto, de la manera que sea, aquellos dioses del mal no gobernaran el olimpo de mi vida.

Escucho la versión acústica de “Across the ocean” de Our Last Nigth, una banda que cuando empecé a escucharla era poco popular, pero muy buena, ahora han surgido con su buena música. Y así pasa con aquellos que desean mucho algo, lo logran.

Puede que sea inexperta, extraña en este mundo paralelo al que no estoy acostumbrada pero “a todos los grandes artistas los rechazan antes de que los acepten” tal vez no aplica en mi caso en este momento, pero seguramente si es el caso de alguno de ustedes. La verdad es, que todos nosotros somos extraordinarios en algo, tenemos un “superpoder” si en este momento se están negando a este hecho, piénsenlo bien. Que no lo veas no quiere decir que no exista.

Ahora imaginen que son grandes músicos, arquitectos, escritores, gamers  – ¿por qué no?  – van a una entrevista de trabajo y es el que siempre han deseado. Buena paga, una empresa de renombre, grandes personas trabajan o han trabajado ahí; lo deseas más que nada. Y lo que no cabía en tu mente, sucede, pronuncian aquellas típicas palabras –te llamaremos. Con un tono desabrido y despectivo. Inmediatamente tu animo cambia, te desmotivas. Es ahí cuando debes pensar que eres un gran artista y que no te rendirás, buscaras otra puerta abierta, estarás dispuesto a entrar y  no tendrás miedo de hacer algo extraordinario en tu vida.

Cuando tu objetivo es más grande que el miedo a fallar, todo es posible. Casi es magia, sentir que eres lo que siempre quisiste. Guardando todas las experiencias en una cajita, una guitarra, una cuaderno, en tus manos o unas botas mágicas que siempre te llevaran donde tu imaginación nunca pudo.


Nacimos para ser felices, no para ser perfectos.




martes, 14 de julio de 2015

Helena y Chester

Son las 0:51.

Helena y Chester acaban de abandonar sus casas para iniciar una vida nueva juntos, piensan que cualquier cosa es mejor que volver a su vida cotidiana. Así fue como los jóvenes comenzaron una vida bohemia, en la que trabajaban de lo que sea para poder pagar las cuentas. Estafas en parques de diversiones, camareros, strippers y hasta masajistas eróticos, nada serio.

Una noche ambos estaban recostados en su amplia alfombra de su espacioso estudio. Solo existiendo; mirando cómo se oscurecía el techo por el pasar de las horas. Suena el timbre, acto seguido, nadie atiende. Siguen tocando hasta el cansancio y nada sucede. Pocos minutos después se oye un cristal caer, uno grande, quizá un espejo o una gran lámpara. Gritos y patrullas aturden a los vecinos y angustian a los niños, sin embargo, la pareja lo ignora.

1:55. –Vamos a salir. Propuso Chester. –Está bien, iré a cambiarme. Respondió Helena

Los chicos salen y una tempestad envuelve sus alrededores, curiosos, bomberos y paramédicos tratan de ayudar a los vecinos de los jóvenes, pero no lo logran a tiempo. Ellos como si nada, pasan por un lado y buscan un buen sitio para comer. Terminan su cena y vuelven al departamento, aún quedan unos pocos curiosos en el pasillo comentando el suceso.

Chester se dirige hacia el baño –Me voy a duchar.  –Disfrútalo. Respondió Helena –Ven conmigo. –Tranquilo tigre, acabamos de comer. –No te hará daño, relájate. –Iré cuando el agua se caliente cariño. –Pero ¿cómo? si no tenemos calentador. –Exacto. Ambos sueltan una carcajada.

Llaman a la puerta.

Helena deja lo que estaba haciendo – ¡Voy a ver quién es y te acompaño a la ducha!  – ¡De acuerdo!

Helena abre la puerta y antes de poder hablar o hacer cualquier expresión, recibe un disparo a quemarropa que la mata en el acto. – ¿Qué fue eso? Dice Chester a lo lejos.
Sale de la ducha, se coloca una toalla y lo primero que ve al salir, es a su chica ensangrentada en el suelo con un sobre sus labios.

Chester en shock lo único que es capaz de hacer es soltar un grito mudo, sus venas se marcan y su cara comienza a enrojecerse a medida que las lágrimas salen como si de in grifo abierto se tratara. Llama al 911 mientras reúne valor para leer la pequeña carta en un sobre negro mate. Cuando la operadora pregunta por su emergencia él titubea al leer el contenido y cuelga el teléfono.

“Lo de ayer fue una advertencia. Imaginé que no prestarían atención ¿esto fue suficiente para tener tu atención Chester?”

Reconoció la letra enseguida. Era un viejo amigo con el que vendía drogas en su vecindario, todos los negocios los hacían juntos, querían expandirse por toda la ciudad. Hasta que él conoció a Helena y dejó el negocio de las drogas, dejando a Trev por su cuenta.

Después del funeral de su novia, toda la familia de la chica los despreciaba más de lo que ya lo hacía, su propia la familia imaginaba que él la había llevado a eso. –y en parte era verdad–

Trev era bueno, pero no era muy cuidadoso. Chester se concentró en un mes más de lo que se había concentrado en sus 22 años, para exponer a la policía todas las pruebas que necesitaba para atrapar a todo el cartel de Trev. Que no era muy amplio, se conformaba de menos de ocho personas.

Una mañana, Chester llegó a la policía con un maletín lleno de pruebas, direcciones, nombres y números. Atraparon a Trev y a todos los demás, sin embargo eso no le devolvería a Helena.

La noche de ese mismo día, él sintió un peso extra en la cama, abrió los ojos y dio un respingo. Esta impresionado de lo que estaba viendo – ¿Cómo es posible que estés aquí cariño? Oh por dios, te he extrañado tanto, bésame, no te alejes, no me dejes. –Cariño yo no volví contigo, tu viniste a mí. – ¿a qué te refieres? –Estas muerto querido. –Pero estamos en nuestra cama, en nuestro departamento. – ¿Recuerdas cuando nos preguntábamos si la muerte se asemejaba a dormir eternamente? Decía mientras buscaba acomodo en el pecho de su novio y ambos miraban al techo imaginando que era el cielo –sí, lo recuerdo. –Ahora lo sabes cariño, ahora podemos cruzar la luz juntos. – ¿No la has cruzado?... me esperaste. –te esperaría hasta el fin del mundo.





sábado, 11 de julio de 2015

Alcohol, música y chocolate

¡Hola chicos! soy Annie. Ayer mi primo cumplió 18 años y pues, la celebramos a lo... no tan grande, sin embargo, jugamos un pequeño torneo de beer pong y cuando se acabó la cerveza pues solo quedó improvisar con los licores que no se habían terminado.  –Mala idea–. Obvio que no faltó el hombre que quería sexo o una chica de una noche y para eso protagonizó el papel de ilusionista… ¿buena idea no? Lo más divertido es que si lo logró, con la típica chica inocente que no falta en las fiestas.

Al final de la noche ya había visto a los amigos de mi primo emborracharse, a varios encerrarse en el baño (if you know what i mean), a un par besarse y yo… sentada viendo como surten efecto las hormonas en ellos. Partieron el pastel, nada mejor que uno saturado de chocolate y malvavisco.

Este día ha sido interesante… dormí solo cuatro horas y siento como si hubiese bebido tres RedBull en un vaso gigante. Estoy en el sofá del departamento mi primo, son las 8:00 y obvio, después de acostarse a las 4:00 tras acabarse la fiesta, nadie normal se levantaría cuatro horas después excepto claro ¡ha! Yo. Mi celular estaba cargando en la habitación de mi primo que tenía rastros de resaca con dos adolescentes a un lado, cuyos cuerpos se perdían entre la ropa y las sabanas. Entré cual ninja para sacar mi teléfono y, misión cumplida.

¡oh! Lo olvidaba. Antes de eso, no conseguía nada que hacer y me comencé a preguntar – ¿enciendo la tele? ¿Canto? O podría jugar con las muñecas de mi prima pero no estaba tan desesperada así que, tomé el primer libro que conseguí y ¿cuál era? BOOM nada más y nada menos que los Records Guiness del año 2012. En mi mente solo decía –Dios que acaso ¿nadie va a despertar?

En fin, a las 11:45 aproximadamente uno de los amigos de mi primo salió por la puerta, se despidió como un zombie y mi primo iba más atrás tal vez en un peor estado, juraría que hasta lo vi arrastrar el pie.

Pero bueno eso no fue lo más desafortunado.  

Unos 20 minutos más tarde mi tía hizo su aparición, comenzamos a hablar, hizo el desayuno, comimos juntas, reímos un rato –sí que me hacía falta– y luego me dijo –puedo llevarte a tu casa, pero luego de que vengan a buscar a Liam (mi primo). Que significaba por lo menos cuatro horas más de espera. Al poco tiempo aclaró –a menos que tu papá te venga a buscar. Al oír esas palabras los mismísimos ángeles entonaron su clásico coro. Disfruté el momento que duro unos, dos segundos más o menos. Entonces llamé a mi padre, a mi madre y a mis abuelos. Se preguntarán ¿Por qué no saliste de ahí sola? Pues… solo contaba con la ropa de la fiesta de mi primo y unos tacones que no quería ver ni en pintura.

Eventualmente mis abuelos llegaron al rescate. Y cuando íbamos a la mitad del camino, dijeron que iríamos a comer y yo solo quería que me dejaran en la estación de metro. Pero si caminaba cinco minutos más con esos tacones del demonio, alguien iba a salir lastimado y no me refiero solo a mí. Después de comer y morirme de frio porque ese restaurante parecía estar bajo cero, finalmente salimos y llegué a la misma hora a la que hubiese llegado si esperaba a mi tía. Tal vez hasta un poco más tarde.

Llegue a mi habitación, me quite la ropa no tan perfumada a “party hard” como pensé (por fortuna). Me duché y me acosté para escuchar música mientras leía un poco.


Estoy un poco desecha pero en fin, fue divertido.


jueves, 9 de julio de 2015

Mia en cuatro paredes

19:00.

Mia está en su departamento terminando de transcribir el testamento de un cliente, cuando recibe un texto. – ¿ya analizaste el nuevo caso? Hace días que se lo había enviado por lo que muy confiada respondió –por supuesto y me dio tiempo redactar las normas que me pediste, pasear a mi perro e ir a una conferencia… ¿qué tal tu viaje? –que proactiva señorita Damone. Mi vuelo estuvo bien, sabes que son solo negocios. –solo fueron unas vacaciones fuera del bufete, que afortunado. –te invito a cenar esta noche. –está bien, pero será una reunión de trabajo ¿cierto señor Zemasky? –no prometo nada. Mia se muerde el labio –me alegro.

19:49

Franz pasa buscando a Mia para ir a comer. Una cena ligera y se ponen al día con su trabajo. – ¿Te llevo a tu departamento o no te molesta que te lleve al mío? –¿por qué habría de molestarme?.

Una vez en el lujoso pent house, Mia disimula su mirada. – ¿Te ofrezco algo de beber? –té. –está bien, traeré vino.  –Pero…  – ¡sé que te encantará! Se oye a lo lejos.  

La silueta de las dos copas de vino, casi se desvanecen en una nube de deseos pecaminosos. –hace unas noches soñé que hacíamos travesuras mi señorita. –desearía poder traer a la realidad esas travesuras mi señor. –De solo pensar en sus piernas. Decía mientras deslizaba su mano izquierda bajo la falda de Mia. – ¿Quisiera contarme su sueño? –usted estaba sentada en mi cama cuando llegue de la reunión. Sin ropa y con una mirada que me hacía desearla, me acerqué y comencé a jugar con mis dedos en su entrepierna, luego usted jugaba con los suyos y me provocaba una lujuriosa expresión facial. –Entonces ¿fui una niña mala mi señor? –mala y muy provocativa… me fascina. –usted me causa esa exótica sensación de ser una chica desobediente, pero a la vez yo haría lo que usted me pida.

Él la lleva a su habitación, Mia se acuesta bocarriba y se quita bragas – ¿le apetece? Zemansky capta la indirecta, baja su pantalón, su ropa interior e introduce su miembro en la boca de Mia al tiempo que ella estimula su clitoris. Su garganta es tan cálida, el ritmo lento y hasta el fondo. Ella se queda con el miembro de Zemasky alrededor de unos siete segundos en su garganta, luego lo saca rápidamente. Franz inhala una profunda bocanada de aire mirando a Mia con deseos de más.

Ella interpreta la mirada y con sus bragas improvisa unas esposas. Él se recuesta a su lado y ella con sus manos obstruye la visión de su hombre mientras a horcajadas se coloca sobre él, que por instinto la penetra, al no esperarse el impacto, Mia se inclina ligeramente hacia arriba pero enseguida vuelve a lo que hacía, se desliza hacia adelante y hacia atrás cuidando de no lastimar su pene y aun así causarle placer. –Es una tortura no poder verlo, pero a su vez es una placer sentirla sobre mí... como entro en usted.

Sin razón aparente la chica para, desata a Franz, se despoja de toda prenda y se coloca en cuatro frente a él. –lo que venga lo dejo a su creatividad mi señor. Ella no se imagina lo que le espera.

Zemasky introduce dos de sus dedos la vagina de Mia, fuerte, se podría decir que hasta un poco violento y cuando ella está por retorcerse de placer, él con su glande roza la vagina de Mia haciendo un leve intento de entrar, fallando apropósito para restregarlo contra su clítoris. Cuando la escucha ahogar sus gemidos desesperados la penetra con gran fuerza – ¡ah! Grita Damone por aquella embestida. Él continúa penetrándola de forma un poco más suave mientras desliza sus manos por la espalda de Mia e introduce un dedo en la boca de la chica, que calla sus gemidos para chuparlo. Franz ejerce su rol de dominante colocando a la chica sobre él con las piernas muy abiertas y penetrándola rápida, violentamente.

De manera sorprendente ambos llegan al orgasmo al mismo tiempo. Los gemidos desinhibidos de Mia y esa exhalación característica de Franz al llegar al orgasmo.

El cansancio, sus piernas debilitadas, el placer, tal vez hasta un poco mareados, caen dormidos en cuestión de minutos.

A la mañana siguiente...

7:18

Franz, acompañado de una caricia dice –Despierte señorita Damone, debemos ir a trabajar.



martes, 30 de junio de 2015

"Long Drive"

Se coloca los audífonos al salir del subterráneo.

Suena “todo cuenta” de DLD, su nueva inversión en música latina. Una vez en el elevador, muere toda inhibición. Se quita la gorra mientras canta  –Todo cuenta, todo cuenta cuando no hay nada. Todo se va, todo cambia, todo se acaba. Agita su cabello, toca la guitarra imaginaria y simula un baile genial.

Annie es poliglota, estudiante de artes visuales, y fotógrafa clandestina.

Apolo, hace motocross, es publicista y vive en el departamento de al lado; está acostumbrado a oírla cantar terrible y a veces no tan terriblemente todas las noches. Sin nada que hacer y con  jellyshots en el refrigerador, toca el timbre de la chica sin saber qué esperar.

Al abrir la puerta, la luz ilumina el perfil de una chica bohemia que al ver los pequeños coctelitos en una bandeja lo invita a pasar, cada uno toma un vasito –y… ¿qué quieres hacer? –No lo sé Polo, son las 20:00 apenas. No quiero dormir pero tampoco quiero emborracharme, tu eres el de las ideas ¿qué harías? –Haría lo que dice la canción – ¿mentirías conmigo y solo olvidaríamos el mundo? –Sí, el momento "esta aquí en tus ojos perfectos, son todo lo que puedo ver" –haha Polo ¿de qué hablas? –es solo la canción. –oh lo siento, pensé de más. Entonces ¿cómo mentiríamos y nos olvidaríamos del mundo? –Conduciendo.

Sin más, Apolo fue a su departamento a buscar las llaves de su auto mientras Annie arma una canasta con comida y algo para abrigarse.

Él le sonríe y ella besa su frente. Polo siente cómo sus hormonas se hacen presentes pero se controla. Son casi las diez de la noche y el camino aún está lleno de luces de otros autos. – ¿A dónde vamos? –a un lugar que te encantará, aunque esta algo lejos de aquí. –está bien, pero estoy armada así que no pienses en violarme. Frase que termina con una tierna sonrisa, así no haría creer que la amenaza en serio. –tranquila, hoy quiero que seas mía pero no en el sentido carnal, hoy tu eres el centro de mi mundo.

Annie ladea su cabeza como diciendo –que ternurita. – ¿quieres un sándwich? Sin esperar una respuesta se lo acerca a las manos, él da la primera mordida – ¡delicioso! –gracias. Dice al tiempo que cierra lentamente los ojos y apoya su cabeza en el hombro de Polo.

“One day” de Kodaline. Disimula el silencio al Annie quedarse dormida. –Falta poco. Susurra al oír las olas romper con las rocas. Son las 4:23 y suena “Drive Darling” de BOY.  El tenue calor prematutino que alberga el lugar despierta a la chica.

Sola en el auto, su corazón se acelera. No hay señales de Apolo, las llaves aún están en el auto y la puerta abierta. Entra en pánico rápidamente, sale del auto y grita con las lágrimas a punto de salir – ¡Polo!


Todo pasa por su cabeza, un secuestro, un accidente, se perdió –estoy jodida– a lo lejos se ve la borrosa figura del chico corriendo hacia ella. Suspira de alivio al saber que todo está bien. –lo siento, pensé que despertarías después. No está terminado, ojalá te guste. – ¿de qué hablas? –espero que hayas traído tu cámara. Dice tomando de su mano, llevándola al lugar. –Aquí es.  El desayuno está servido sobre las piedras como mesa, con un espectacular ángulo para ver el amanecer. Se queda sin palabras –Me encanta, oh por dios no se qué decir ¿por qué hiciste todo esto por mí? –porque este lugar se vuelve fantástico, casi mágico al amanecer. – ¿quieres surfear? claro. 

Polo
– ¿Annie?
Todo cuenta
Todo cuenta

"Cuando no hay nada"