domingo, 30 de noviembre de 2014

Querido señor R


Estos últimos meses, una persona en especial ha sido para mí un gran ejemplo a seguir. Por todo y especialmente esa conexión que tal vez sin muchas palabras ha sido una de las más puras que he tenido y de las que no se repiten en la vida. –me siento afortunada–

Oigo Midsummer Field de U137. No puedo evitar imaginarlo a él riendo, contando sus sarcásticos chistes y hablando con esa voz que a cualquiera enamora, sin mencionar su coqueta sonrisa; aunque estamos en el mismo lugar, tal vez iremos perdiendo la continuidad de charla –me pongo nostálgica– “lo importante es lo que pasó” pensé, para animarme un poco.

Sé que no perderé el contacto con él, haré lo posible porque así sea. Me inspira y a pesar de que fue mi maestro en una oportunidad, siento que seguiré aprendiendo cosas de él.

Es de esos seres con amplios conocimientos, con aquellos que no quisieras dejar de hablar nunca, de esos hombres interesantes que sabes que no son capaces de decepcionar conscientemente. Carismáticos y por supuesto, algo que me encanta de él es su gusto musical –sonrío– que entienda la canciones como arte y expresión, no solo acordes y maquillaje me fascina, porque no todos somos capaces de aceptar ciertos géneros de música sin tomar en cuenta los rumores o criticas de otras personas que  automáticamente estereotipan a los artistas. A mi personalmente me parece que todos tenemos derecho a expresarnos y amar lo que nos hace únicos, él es así y mejor, solo que no quiero aventurarme a decir cosas que aún  no sé sobre él.

Me gustaría poder conocerlo mejor y decir “es un buen amigo”

Desde que nos conocimos en el aula, me llamó la atención su manera de expresarse. Y no me equivoque, es de esos que provoca conocer. Él crea en mí esa ilusión esperanzada de que podemos lograrlo todo si es eso lo que en verdad deseamos.

Fuera del aula ha resultado ser todo un caballero, humorístico y educado. –me encanta su pullover gris con hilos violeta– pensé. Y es que esos dos colores tal vez podrían describir su personalidad o estado de ánimo. El gris, color de la teoría y lo secreto; el violeta aunque en menos cantidad, representa los la sensualidad y espiritualidad, vanidad y cómo no mencionar que es el color de los pecados “dulces” es una mezcla casi tan interesante como él.

Puede que sea de esos hombres poco convencionales que disfrutan de enviar mensajes subliminales –aunque también puede que sea demasiada imaginación por mi parte– como también puede que sea de esos hombres que visten según sus sentimientos sin saberlo.

Definitivamente ha influido positivamente en mí, espero que él piense algo bueno de mí y que tal vez le agrade, le caiga bien. Me encantaría.

Éste increíble mentor, con ojos de chico emprendedor, sonrisa de pícaro, imponente voz de historiador, de alta estatura y piel no tatuada a simple vista, es nada más y nada menos que la persona que más ha logrado inspirarme, no miento, por más de cuatro meses.

Por eso y lo que vendrá le agradezco mucho señor R.

viernes, 21 de noviembre de 2014

Luces de amanecer.


Esta mañana cuando desperté sentí algo tan ambiguo que era difícil de explicar. – ¿Qué era?  – no lo sabía, solo quería salir y que después viniera a mi… más tarde, así fue.

Quedé en encontrarme con un amigo en su estudio. Llamé a la puerta y su ama de llaves me saludo con un abrazo, una sonrisa, en cambio yo era un desastre y estaba tan sorprendida como agradecida, la abrace intentando darle la misma calidez que ella me había dado –espero haberlo logrado–.

Entre al estudio de Tomás y estaba sorprendentemente vacío –él me invito– pensé. Me limité a dar unas cuantas respiraciones para aclarar mi mente; pronto me sentí cómoda e imagine mí alrededor como un lienzo en blanco, de casualidad encontré un lienzo desplegado en la pared central de medidas aproximadamente de 1.50x2. Me quite el reloj, la bufanda. Dejé mi bolso en el perchero.

Registré un poco las gavetas hasta encontrar unas acuarelas.

Me hice una trenza sencilla para quitarme el cabello de la cara y comencé a pintar la primera escena que vino a mi mente.

Mientras daba las primeras pinceladas pensaba en aquella conversación –“hay un sí y un no. Puede ser, quizá. Todo aquello es una negación, un engaño. No existe un término medio. No hay mentiras buenas mi musa de medianoche, mi nena inalcanzable”.

Aquel chico rebelde por el que aprendí a hacer realidad mis locuras. Beber vodka hasta el amanecer y luego conducir a la playa donde pasábamos la noche en una casa abandonada a 5km que pronto volvimos nuestra. Cantar en las plazas para ganar dinero y no trabajar horas extra… éramos el dúo dinámico.

¿Cómo aquel wildchild se había convertido en mi mejor amigo? Supongo que fueron de esos momentos que no se repiten, esa pasión que dura lo que dura la juventud –que en el fondo sé que no hemos perdido– es mejor así, esos son momentos que ni el Alzheimer me los hará olvidar –las fotos en la sala de mi casa me harían referencia–.

Es así como terminé por pintar el momento en el que conocí a mi alter ego masculino. La titulé “Luces de amanecer”.

Oigo pasos acercándose. Tom, el amigo del que les he estado hablando me rodeo la cintura con sus brazos mientras en sus manos sostenía la foto del momento que retraté.

Lo amo. Él es parte de lo que soy. Estos años lejos me hicieron darme cuenta de que el amor de verdad no es necesariamente de pareja y que no dependemos de alguien para ser feliz, sino que a veces necesitamos alguien que nos ayude a amar nuestras vidas.

martes, 4 de noviembre de 2014

En cuatro paredes, Zemansky.


Ella se arrodilla y baja su cremallera.

– ¿le molesto si continúo? –proceda señorita Damone. –ya que se encuentra cansado, procederé de forma lenta y continua. – ¿con sus labios o con toda la boca? – ¿podría indicarme su preferencia? Él levanta la mirada y argumenta – ¿por qué no ambos? –Su orden es mi deseo.

Tras unos minutos de un extaciante trabajo oral, Mia se coloca a horcajas sobre el regazo de su mentor quitando delicadamente su pantalón. Él introduce su miembro –la obligare a sentarse en repetidas ocasiones con el movimiento que usted quiera. –no será obligación, ya que estaré complacida.

Él se levanta y se coloca frente a ella, cargándola y penetrándola, simulando un salto a la vez que estimula la emoción y placer dentro de ella. Cansados, jadean, pero quieren aún mas –planteo un 69 invertido, estando parados.

Sin esperar aprobación, continúa. Franz parado normalmente, la sujeta por la cintura estando de cabeza, mientras ella juega a hacerle cosas a su miembro y él introduce su lengua en la vagina de Mia, mientras cesa por unos segundos para besársela. –Señor ­­Zemansky debo admitir que ha superado mis expectativas. –es su turno de decidir qué haremos después de nuestro 69 acrobático señorita Damone. –Pues, ya que esta creativo, me gustaría probar algo solo si a usted le parece mi señor. –con el mayor gusto del mundo. ¿Qué tiene en mente? – No sé si quiera experimentarlo señor Franz, puede que sea un poco doloroso. Pero valdrá la pena si de placer estamos hablando.


Él se imagina lo que pasa por la mente de su colega y acierta. Sexo anal.

Franz – ¿cómo le gustaría que me moviera allá adentro? –en principio señor, lentamente. Luego la fuerza y velocidad la impondrá usted en mí.

Él se apodera totalmente de la situación, tomando el control del cuerpo de su amante; sujeta sus nalgas mientras la penetra y unos momentos después, se inclina para con sus manos tomar sus pechos. –le molesta mi atrevimiento si yo… ella niega con la cabeza y rápidamente responde –mi señor, recuerde que estoy a su merced. ¿Por qué he de molestarme?  ­Zemasky procede a estimar con su mano el clítoris de la chica.

Mia gime fuertemente pronunciando el nombre su compañero sexual. A la izquierda del sillón hay una mesa de patas largas que sirven de inspiración para ella. Saca su bufanda del bolso y se la da a Franz –supongo que sabrá qué hacer con ella mi señor. –por supuesto que lo sé.

Amarra suavemente las muñecas de la chica a la mesa. Antes de que él se aleje para penetrarla ella lame su cuello en puntos específicos, aumentando el placer. Franz baja desde sus brazos, besándola, pasando por su boca y cuello. Se entretiene unos momentos con los pechos… lamiendo sus aureolas –fuertes gemidos– pasando la lengua por sus pezones, mientras con la mano derecha hace travesuras en su entrepierna.

Luego desciende dándole besitos desde el abdomen hasta la vagina, e introduce su lengua haciéndole un buen oral. La chica jadea de cansancio… y placer. Con un dedo él juega de arriba para abajo; cuando la siente más húmeda introduce los dos dedos y hace lentos movimientos circulares.

Ella irrumpe con su voz – ¡oh dios mío, que placer tan increíblemente satisfactorio! Me excita mi señor, y mucho. Él cesa el estímulo de manera casi súbita para dedicarle una mirada poderosa –esa es la idea señorita, que sienta mucho placer. – ¿he hecho un buen trabajo mi señor? Franz le dedica lo que parece ser una tímida sonrisa –ha sido excelente.

El recorrido del miembro dentro de Mia es suave con movimientos ondulatorios, mientras la mira a los ojos que al igual que los de él, están rebosantes de excitación. Los gemidos hacen que gradualmente aumente la velocidad y el movimiento. –Usted si sabe complacer a una mujer señor Zemasky, él levanta la mirada – eso espero señorita, que lo disfrute demasiado. Sin sacar su miembro, se inclina masajeando eróticamente sus pechos y lentamente con un recorrido casi infinito, llega a su boca para besarla al ritmo de lo que acontece en la parte inferior.

Dando entrada a un tercer orgasmo. Mia cierra los ojos gimiendo aún más fuerte, definido; él por su parte con un permiso visual, se corre dentro de ella y cansado se tumba sobre ella. –oh señorita Damone. Ella no hace más que rodearlo con sus brazos. Con un beso se quedan dormidos hasta la mañana siguiente.


En cuatro paredes.


18:45.

Las puertas de la oficina del Doctor Franz Zemansky están a punto de cerrarse cuando de pronto con una proposición, entra Mia Damone, que asiste al curso corto para trabajar en el bufete de la firma Zemansky.

La mañana del 20 de enero, la asistente del importante abogado da las buenas nuevas.

Una llamada interrumpe el profundo sueño de Mia, pero cuando en la pantalla del teléfono ve el apellido de su mentor, sale de su cama de un salto, se arregla y rápidamente va a la oficina.

En el recibo, se encuentra con Kali Homer (la secretaria de Franz) –llega tarde, la están esperando en su oficina. Ella ladea un poco la cabella y en su mente se pregunta – ¿mi oficina? Emocionada corre a ver de qué se trata y se encuentra con su mentor, con una cara no precisamente de felicidad. –Llega tarde, no es lo que esperaba de mi nueva colega– ella se sorprende y deja caer su bolso hasta el antebrazo. ­­–usted fue la que obtuvo mejor ponderación en mis pruebas, pero deber ser más responsable con sus compromisos de trabajo en la firma.

La chica trabaja duro y aun con cansancio trata de hacer lo mejor que puede.

 Franz –Son las 23:56, vaya a dormir, sino mañana no rendirá en sus obligaciones. Ella sin apartar la mirada de los documentos responde –yo jamás dejo algo sin terminar, señor Zemansky. Él, ya con el medio cuerpo fuera de la oficina, retrocede un paso y la mira interrogante –No la estoy retando señorita Damone, pero no creo que esté despierta un par de horas más. Ella le dedica una mirada imponente – ¿Quiere apostar señor?  Zemasky deja su maletín en el escritorio – ¿Qué apostara señorita?  Ella ahoga una risita –eso no puedo decirlo ahora mi señor, estoy trabajando. Se sienta en el amplio sillón y responde –pues esperare.

Mia satisfecha, lleva su informe terminado a la mesita de té junto a Franz, que se encuentra dormido. Se sienta junto a él y detalla el cuerpo de su mentor que con 26 años heredó la agencia de su padre. –lo deseo– susurra.

Franz reacciona y se sorprende al verla leyendo una revista de moda –veo que no mentía… -dice disimulando un bostezo- ahora, que he perdido ¿me dirá cuál es la apuesta? – ¿perderé mi trabajo si digo lo que tengo en mente? – ¿qué tiene en mente señorita? – ¿Qué podría complacerlo? –sorpréndame.



domingo, 2 de noviembre de 2014

England


Tres semanas en el extranjero –suspiro– una vez en el avión, mientras todos dormían yo observaba las nubes en el cielo negro. Inexpresivo y maravilloso a la vez. Solo escuchaba a lo lejos la turbina del avión y mi profunda respiración.
La primera semana vi una chica en mi clase que me pareció hermosa y yo solo quería hablarle, verla de cerca, oír su voz. En las tardes, pasaba el tiempo jugando con el frisbie y unos amigos del curso. Como una escena cinematográfica, el frisbie siguió de largo y termino justo frente a aquella chica y su amiga, haciéndola dar un respingo y soltar una risita nerviosa que me hizo que emociono más a medida que me acercaba. La mire a los ojos esperando que al fin mis ojos azules sirvieran para algo… y  funciono. En un acto de valentía decidí hablarle – ¿quieren jugar con nosotros? Pregunte con cierto aire de confianza. Ambas se colocaron a mi lado y mis amigos que no pudieron resistirse, se acercaron al rato para habar y más tarde ir a comer algo.
Caída la noche de la segunda semana, no había vuelto a ver a la chica de mi clase, la buscaba con la mirada mientras todos bailaban en el club y de pronto entre pasos y empujones vi una chica a los lejos con la que comencé a bailar. Nuestras miradas se cruzaban y lentamente juntamos las manos en el aire y seguíamos bailando. –durante esa noche, desconocí por completo el significado de “vergüenza”–
El domingo de la misma semana me sentía diferente, no estoy seguro de si era porque me quedaban pocos días en Inglaterra o porque mis amigos no me esperaban a la hora de salir de clases, se iban sin mí me ignoraban cuando es pedía que me esperaran para ir a un club, comer o algo.
La última semana podía decidir entre hacer un tour matutino o quedarme en casa con los del curso y quizá salir por ahí. El jueves me tope por pura coincidencia con la chica que me gustaba y quede con ella para salir el viernes por la tarde, luego del tour.
Antes de salir le comente a uno de mis amigos lo que había hablado con la chica y le pedí que si la veía le recordara lo de esta tarde. Un par de horas más tarde l bus comenzó su camino, me puse los audífonos oyendo “My friend” - Marble Sounds. No oía lo que decía el señor del bus acerca de los atractivos turísticos de de Yorkshire –supongo–. A eso de las 14:00 estábamos volviendo a la escuela de intercambio y, muy lejos de llegar el trasporte dejo de funcionar. Se averió y yo solo pensaba en la chica. Tuve que esperar dos horas a que llegara otros bus de la ciudad. Se habían hecho las 18:34 cuando finalmente llegue a donde esperaba encontrarme con la chica –Amber–.
Pasadas dos horas pensé lo lógico –se había cansado de esperar. Regrese a el departamento con los muchachos y no había nadie. Cene en soledad solo con mis audífonos y unos pantalones anchos.
Mi amigo al criar la puerta grita mi nombre –Dan! Encontré a la chica. –yo de un salto pase del comedor al recibidor. – ¿Qué te dijo? ¡dime! Grite impaciente. –me dijo que te diera esto. Luego de una pausa me abraza. –dijo que no pudo esperar, debía regresar a Londres. No pude evitar que mis ojos se llenaran de lágrimas, pero antes de que se deslizaran por mi mejilla las seque con una servilleta.
De regreso a mi país y luego de una inolvidable experiencia, solo me arrepentía de haber decidido ir al tour y no poder despedirme como hubiese podido de Amber.
Mantengo la esperanza que el destino algún día nos reunirá.