6:48. Amy despierta con vendas en los ojos sin saber por
qué. –Wes… -ella lo busca con las manos – ¡Wes! Él, que dormía a su lado
responde –Estoy aquí, tranquila. – ¿Por
qué no puedo ver? –Son las vendas, no te preocupes. Llegan dos enfermeras, una
de ellas le retira el vendaje a Amy mientras que la otra le explica a Wesley lo
que sucedió. –Su chica, sufrió un impacto directo a los ojos por
agua salada que atravesó parte de su pupila. Estará bien, pero aún es
indefinido el periodo por el que su chica no podrá ver. – ¡¿qué?! –lo siento
mucho. Dijo la enfermera antes de retirarse con su compañera y darles el alta.
Amy –tengo miedo. –te ayudare. –Has hecho mucho por mí,
déjame en un asilo para discapacitados, estaré bien. –no quiero dejarte… no sé
por qué. –No quiero que lo hagas, pero creo que es lo correcto –Empezaremos una
nueva vida. – ¿cómo? –tengo suficiente dinero como para sobrevivir los siguientes
15 años. – ¿Cómo es eso posible? –mis ahorros de cuando era niño… uno que otro
trabajo sucio. –Eres un ángel.
Dos semanas después.
Patitas de perro se oyen subiendo las escaleras – ¡Rocco, ven
perrito! El lazarillo corre hasta su compañera moviendo la cola y devolviéndole
la pelota. Vuelve a lanzar la pelota y Wes la toma por la cintura –Creo que de
verdad le agradas. –El hecho de que sea lazarillo no quiere decir que no pueda
jugar. –Tienes razón. Wes levanta a Amy y la lleva hasta el sofá. Rocco se
queda comiendo en la sala de estar
mientras la pareja sube las escaleras. –Nunca creí que mi discapacidad fuese
tan fácil de llevar. –No es fácil de llevar cariño, es solo que has sabido
como defenderte y no perder las esperanzas con esto. –Ni siquiera cuando creí que te
morías perdí las esperanzas… tú me haces querer ser más fuerte. Él la abraza fuerte a la vez que le
sube el camisón. Susurra –eres la más hermosa. –y tú me haces desear recuperar la vista, ya no quiero verte solo en mis sueños.
Caricias los llevan a un beso; y esa mezcla los lleva a
hacer el amor, suave y placentero. Literalmente hasta al amanecer. El tiempo
pasa increíblemente rápido y caen dormidos uno sobre los brazos del otro.
Tres meses después, Amy puede ver un poco mejor, no del
todo, pero ve más que sombras.
Una mañana como cualquiera, sale con su lazarillo a la
farmacia.
Pocas horas después, llega a casa con una cena preparada y un regalo.
– ¿qué es esto cariño? –quiero que celebremos este milagro. – ¿qué sucedió? –Estoy
embarazada. – ¡oh dios! Wes la abraza y la levanta dando vueltas. Se le ponen
los ojos llorosos de felicidad y besa el vientre de su prometida. Wes –no creí que
eso fuese posible por la condición de mi sangre. –ni yo querido, ni yo. Se
sientan a comer. –Por nuestro bebe. –Por una vida juntos. –te amo. –y yo a ti
Amy. Finalizó mirándola como si solo ella existiera. Como si solo ella
importara.
Un año y 8 meses más tarde.
Él bebe está aprendiendo a caminar. Nació prematuro, pero
muy sano. Ese mismo día, la familia fue a visitar un parque y de camino en la radio suena
“The Forgotten” de Green Day. Aparcan y esperan a que culmine la canción para
bajar.
Josh, él bebe ríe a carcajadas mientras su madre lo columpia
y su padre toma fotografías.
Wes toma fotografías a cada momento y por cualquier
cosa que hace su pequeño hijo. –Amor voy al baño con Josh, vuelvo enseguida. –claro
cariño. Un beso inocente los separa, quizá para siempre.
Mientras ella cambia a su hijo, el lazarillo comienza a gruñir
– ¿Qué tienes Rocco? Dice la chica mientras sujeta fuerte a su hijo. Se oye un
disparo. Se tumba en el sueño cubriendo a su pequeño. El lazarillo corre hasta donde ocurrió el suceso; a los pocos segundos Rocco llora, chillando como si lo estuviesen
lastimando.
Amy pregunta a las personas cercanas si es seguro salir
antes de seguir caminando. – Si, pero le advierto. La escena es fuerte. Nerviosa sale del baño con cautela. Ve a Wesley agonizante, tirado en el suelo con
sangre en su pecho. Un desgarrador grito perturba varios tímpanos.
Llegan los paramédicos.
Con un brazo sosteniendo con poca fuerza a su bebe llora
sobre el cuerpo de su amado. –Permiso señorita, él necesita ser llevado a
emergencias. –ella asiente con la cabeza llorando inconsolablemente.
Se le acerca una anciano alto. –Tranquila chiquilla,
tu esposo es fuerte y sobrevivirá. – ¿Cómo puede estar tan seguro? Pronuncio
con voz temblorosa y secando sus lagrimas. –Porque es mi nieto. El anciano sonriendo acaricia el
rostro del pequeño y se va.