jueves, 29 de septiembre de 2016

Asleep

Eran las 4:48 de la madrugada.

Ella caminaba descalza en la helada y húmeda arena de la costa, con lágrimas en sus ojos que la brisa borraba con discreción. Escucha Asleep de The Smiths mientras camina de vuelta al hotel.

La calle parecía hecha solo para ella… estaba sola, sin autos, ni personas, ni tan siquiera un gato que rompiera el silencio. Baja la mirada hacia el rayado de cebra y sube la mirada hacía el semáforo que está en rojo. Enseguida se dibuja una sonrisa pícara en su rostro, suelta sus zapatos en la acera y corre al medio de la calle a cantar la canción lo más fuerte que le es posible – There is another world, there is a better world. Well, it must be! – Suspira y se recuesta justo bajo el semáforo a disfrutar el resto de la canción mientras ve unas tres estrellas que resaltan del profundo color del cielo. Una de las estrellas era ella, el otro par eran las otras dos personas que estaban haciendo lo mismo que ella en ese momento (según su imaginación).

Asleep llega a su final –Bye… bye. Se despide de su entorno antes de volver a su habitación de hotel.

5:00. Se abre el elevador en el piso cinco y frente a ella hay un chico que por su ropa, podría decirse que va a trotar. Ambos entrecruzan miradas y siguen su camino; él sigue la estela de arena que Zee dejó minutos antes y ella entra al baño para quitarse el agua salada. Cierra los ojos para volver el tiempo atrás, para hacer pasar el tiempo más rápido.

Antes de irse a dormir se asoma por el balcón y casualmente está Patt trotando en la acera dónde sus zapatos habían estado. Cierra todas las cortinas y obstruye cualquier acceso de luz.

10:35 la hora del desayuno está a punto de terminar.

Zee se levanta de la cama sobresaltada. Patt sale de su ducha helada sin expresión facial aparente pero en sus adentros solo quería algo de calor… un café sería perfecto.

Los mesoneros recogen las mesas, limpian los restos y barren el suelo mientras aún hay dos o tres personas tomando el desayuno. Pronto serían cinco personas. Solo hay una mesa que no han recogido aún y ¡Patt la quería! Sin duda Zee también. A pocos metros de distancia se dan cuenta que la solución es desayunar juntos. –Hola, mucho gusto mi nombre es. –Patt, lo sé, mucho gusto. Mi nombre es Zee. Patt estaba un poco asombrado pero no demasiado como para preguntar.

Mientras sirven su desayuno hay silencio, pero una vez que llega la comida comienzan a hablar –Eres tú la chica que cantaba Asleep y que esparció la arena en el lobby ¿no? –En persona. –Pareces diferente… ¿de dónde eres? Del inframundo, en realidad, no muy lejos de aquí. Donde la muerte es vida y la vida es nada más que un ciclo de almas y espíritus, pensó. –Inglaterra. –Pensé que tu acento era más bien australiano ¿Qué tal estuvo tú madrugada Zee? Borrosa, como siempre. Nunca veo lo que realmente hago, da miedo ser la hija de la muerte y no querer ser la que pare los relojes de arena… no es justo. Tal vez por eso vivo como mortal, bueno al menos parcialmente, dijo en sus adentros. – ¡Entretenida! ¿Te gusta The Smiths Patt? –No son mis favoritos pero James Morrison canta muy bien. El silencio solo es interrumpido por el ruido de los cubiertos sobre el plato. –Su nombre es Steven Morrisey, pero está bien.

–Suenas muy acertada para parecer alguien que no sabe lo que hace Zee.

–Igual que la muerte Patt. 


No hay comentarios.:

Publicar un comentario